Todos los días, ucranianas residentes en Chile protestan frente a la embajada rusa para rechazar la invasión y pedir por la paz. Se radicaron en el país por estar casadas con chilenos o para trabajar o estudiar. Ahora muestran fotos de la destrucción de sus ciudades e intentan sacar de Ucrania a sus seres queridos, aunque muchos no quieran dejar sus casas.