Turquía ataca de nuevo a los kurdos en Siria
17 de febrero de 2016
Este miércoles (17.2.2016), las tropas turcas han vuelto a lanzar salvas de artillería contra las Unidades de Protección Popular kurdas (YPG) –brazo militar del partido sirio Unión Democrática (PYD)– en el noroeste de Siria. Poco antes, el presidente de Turquía, Recep Tayyip Erdogan, había rechazado las exigencias de Estados Unidos de limitar sus ataques a las posiciones del autoproclamado Estado Islámico (EI). “Nunca permitiremos que se genere un nuevo Kandil en nuestra frontera sur”, dijo Erdogan, aludiendo al lugar en el norte de Irak donde el Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK) –proscrito en Turquía– tiene su sede central.
Según fuentes militares citadas por la cadena CNNTürk, la más reciente intervención lanzada desde la provincia turca de Kilis tuvo lugar a las 16:45 hora local (14:45 GMT). La artillería turca lanzó morteros contra posiciones de las milicias kurdas del YPG cercanas al aeropuerto militar de Minnig, situado a unos 13 kilómetros al sur de la frontera turca y a unos 35 kilómetros al norte de Alepo. Este aeropuerto fue tomado hace varios días por las YPG tras un ataque aéreo de cazas rusos. Oficialmente, Ankara presenta estos bombardeos –iniciados el pasado 13 de febrero– como “represalia” por disparos atribuidos a los kurdos y provenientes del lado sirio.
Sin embargo, las autoridades no han podido determinar con exactitud en qué lugar o en qué momento se sufrieron las agresiones mencionadas ni de qué tipo de munición se trataba. Washington percibe al partido sirio Unión Democrática (PYD) y a su brazo armado YPG como los mejores aliados en la batalla contra EI que se libra en Siria. Esto es inadmisible para Turquía, que ve a las YPG como una organización terrorista y quiere evitar que su propia minoría kurda se vea fortalecida, material o simbólicamente. Apoyados por Estados Unidos, las YPG avanzan velozmente en el norte de Siria con la intención de conquistar mayor territorio.
De ahí que Ankara considere que su frontera con Siria está en peligro y desafíe tan frontalmente a Estados Unidos, uno de sus aliados más importantes en el seno de la OTAN. El primer ministro turco, Ahmet Davutoglu, prometió impedir que las YPG expulsen a las milicias islamistas “moderadas” de sus posiciones en la ciudad de Azaz, al norte de Alepo, y evitar a toda costa que las milicias kurdas avancen contra las posiciones del EI al oeste del río Éufrates, argumentando que ambos bandos “son igual de terroristas”. Algunos analistas apuntan a que las YPG no habrían podido arrebatarle terreno a otros grupos opositores sirios sin los bombardeos rusos.
A juicio de Estados Unidos, las milicias kurdas no están actuando en coordinación directa con el Kremlin. No obstante, otros observadores sugieren que las victorias territoriales de las YPG podrían ser aprovechadas por Moscú. Después de todo, a Rusia parece convenirle cualquier discordia entre Washington y Ankara.
ERC ( EFE / dpa / Reuters )