Turismo alemán en aprietos
28 de febrero de 2003
Al igual que en el sector turístico de muchos otros países, en Alemania no se espera una mejora en el corto plazo. Es el resultado que arroja una encuesta de la Cámara de Industria y Comercio (DIHK) alemana conducida entre 4.500 empresas del ramo.
No se planea a largo plazo
Como en toda realidad económica existen motivos internos y externos para la crisis. Al mal clima coyuntural alemán se le suma la presión externa que ejerce el peligro de una guerra contra Irak, afectando a sectores tan sensibles al consumo como el turismo, que incluye desde hoteles o albergues, hasta gran parte de la gastronomía.
Contraria a la proverbial previsión alemana de largo plazo, la industria turística ahora se tiene que adaptar a un cambio de comportamiento de la población, que responde a la incertidumbre que el sector vive en medida creciente desde los atentados del 11 de septiembre del 2001.
Según Armin Bryssch, del DIHK, "el público potencial es ahora más cauteloso. Esperan entre dos y tres meses más de lo acostumbrado antes de decidir un viaje". Asimismo hay cautela en cuanto al gasto, y la tendencia descrita por los expertos indica que, al menos por ahora, se prefieren viajes más económicos.
El sector adelagaza
En Alemania, el turismo genera un volumen de negocio de unos 140.000 millones de euros, dando empleo a casi tres millones de personas. En el 2001, más de 100.000 personas fueron formadas para trabajar en este campo. A pesar de las reservas sobre los próximos meses, esta cifra se podría mantener en este año. Según el DIHK, un 14% de las empresas turísticas quieren ampliar sus inversiones.
Estas buenas intenciones no alcanzan para compensar la tendencia a la baja que domina todo el sector. Así, por ejemplo, uno de cada cuatro empresas de hostelería anunció que reducirá su plantilla, al igual que las agencias de viajes y los grandes grupos turísticos. La gastronomía aplicará los recortes más profundos, una tercera parte de este sector anunció despidos.
¿Salvación de afuera?
La industria turística alemana apuesta por lo tanto al impulso rejuvenecedor que podría venir de nuevos mercados. En concreto, la intención es captar a turistas de China, como explican los expertos del DIHK, donde hasta un 5% de la población estaría en condiciones de pagarse un viaje a Alemania. Armin Bryssch espera "tasas de crecimiento de dos dígitios en los próximos dos o tres años" de turistas que lleguen desde ese país.
En el año 2001 se registraron 340 millones de pernoctes, de los cuales unos 38 millones eran turistas procedentes de los EE.UU., Holanda y el Reino Unido. El potencial turístico chino oscila entre 70 y 80 millones de personas, lo que colocaría a este país entre los cinco principales generadores de turistas que visitan Alemania.