Tunecinos contra el terrorismo en el Día de Independencia
20 de marzo de 2015En el centro de la capital tunecina, con la bandera nacional y en un ambiente festivo, gritando lemas como "No al terrorismo en Túnez" o "Túnez es libre y el terrorismo, rechazado", miles de personas llenaron la gran avenida dedicada al padre de la nación, Habib Bourguiba, que hace casi seis décadas declaró la independencia tras 25 años de lucha contra el colonialismo francés. Una especie de fiesta redentora para tratar de espantar el fantasma del yihadismo, que el miércoles (18.03.2015) segó la vida de 21 personas -20 de ellas turistas extranjeros- en el peor atentado perpetrado en Túnez desde el cometido en 2002 en la isla de Djerba.
El país "afronta una verdadera guerra contra el terrorismo que hace imperativa la unidad nacional por la seriedad de este peligro", aseguró el presidente, Beyi Caid Essebsi, en un largo discurso a la nación. Una guerra "que exige vigilancia de todas las partes: Seguridad Nacional, Fuerzas Armadas, partidos políticos y sociedad civil", afirmó el octogenario mandatario, que conoció a Bourguiba y trabajó con su sucesor, el derrocado dictador Zin el Abedin Ben Ali.
En la misma línea se expresaron los manifestantes, que junto a las banderas y los retratos del presidente portaban grandes pancartas en las que pedían apoyo para la pequeña nación norteafricana. "Tiene que volver el turismo. La gente no se puede amedrentar, Túnez necesita el apoyo de todos para sobrevivir. Dígaselo a todo el mundo", pedía una joven a la prensa extranjera.
También en la isla turística de Yerba, los tunecinos se unieron a numerosos turistas con pancartas que decían: "Je suis Bardo" ("Yo soy Bardo"), un lema en referencia al "Je suis Charlie" acuñado tras el ataque terrorista contra la revista "Charlie Hebdo" en París el pasado enero. Precisamente la isla de Yerba fue escenario de un grave ataque islamista en 2002 contra una sinagoga en el que murieron 14 personas, incluyendo extranjeros.
Repatriación de víctimas
Los distintos países afectados han comenzado a repatriar los cadáveres de sus ciudadanos muertos y a los heridos que pueden caminar. Hoy partieron desde el aeropuerto de Túnez-Cartago ciudadanos de España, Francia, Polonia y Japón. Un avión fletado especialmente por el gobierno de España partió esta tarde con los ataúdes de dos jubilados españoles que perdieron la vida en el ataque y con una pareja de jóvenes que logró sobrevivir tras mantenerse ocultos 24 horas en una estancia del museo. Quienes finalmente no pudieron ser repatriados, por cuestiones burocráticas, fueron dos víctimas colombianas, pese a que en principio iban a partir en el avión español.
Investigación policial
Mientras el país intenta recuperar la normalidad y la ilusión, la policía prosigue una investigación que apunta al yihadismo que crece por momentos en todo el Sahel. En declaraciones a la prensa, el secretario de Estado tunecino para Asuntos de Seguridad, Rafik Chelly, aseguró que los autores de la masacre se formaron en las filas de la rama libia del Estado Islámico (EI) y entraron en Túnez de forma clandestina el pasado diciembre desde el país vecino. "Sabemos que se entrenaron en alguno de los campos para tunecinos takfiries (rama ultra-radical del Islam) de Libia, en Sabratam Bengazi o Derna", este última ciudad bastión del EI en el este de Libia, afirmó.
Chelly admitió que estaban en el objetivo de la policía y que eran investigados, pero que se desconocía que pudieran estar planeando un ataque de esta envergadura. El atentado se produjo el miércoles cuando un joven de unos veinte años armado con un fusil abrió fuego contra un grupo de turistas hispanohablantes que se hallaban en un autobús en el aparcamiento del museo del Bardo, el más importante de Túnez.
Tras esos disparos, en los que murieron siete personas -entre ellas la pareja de jubilados españoles- los atacantes retuvieron a numerosos rehenes y se atrincheraron en una zona ajardinada que existe entre el museo y el edificio vecino del Parlamento, al que trataron de acceder. En la operación policial posterior murieron otras 14 personas, según el último balance de víctimas mortales ofrecido por las autoridades, que fija en 21 personas los fallecidos. Dos terroristas fueron abatidos.
El atentado fue reivindicado en una grabación colgada en internet por el grupo yihadista Estado Islámico, afincado en amplias áreas de Irak y Siria. Los investigadores no descartan que los terroristas hubieran tenido apoyo logístico del grupo yihadista local Ansar al Sharia, que tiene su bastión en la región de Kasserin, una zona abrupta y montañosa pegada a la frontera con Argelia. Allí, a mediados del pasado mes de febrero, un grupo de terroristas abrió fuego contra un puesto de control de la Guardia Nacional y mató a cuatro agentes.
Desde entonces, la Policía y el Ejército tienen abierta una gran operación para capturar a los autores y controlar un territorio de unos cien kilómetros cuadrados de exclusión militar donde se concentran yihadistas provenientes de varios países del Sahel.
RML (efe, dpa)