Trump no preocupa a los mexicanos
21 de enero de 2017En todas las portadas de la prensa disponible en la ciudad automotriz de Puebla, en México, aparece Donald Trump. "Malos pronósticos por arribo de Trump", escribe El Sol de Puebla. Aquí, donde además de Volkswagen y Audi, otras compañías automotrices tienen oficinas, hay un particular relajo con respecto al futuro de las relaciones con Estados Unidos. Tanto económica como políticamente los tiempos no parecen fáciles para el vecino del sur. Un gigantesco muro fronterizo y una posible guerra financiera que afectaría a empresas y puestos de trabajo no dejan indiferentes a los mexicanos. Pero en realidad hay temas más candentes, como la extradición del capo de la droga Joaquín "El Chapo" Guzmán a Nueva York y el debate sobre el aumento del precio de la bencina. Trump todavía puede esperar un poco.
Mejor quedarse en casa
Por eso hay relativa calma en México. En la capital, organizaciones de migrantes se manifestaron, al igual que en algunas ciudades fronterizas. Casi todos llaman a la unidad de América Latina y a una postura conjunta frente a Estados Unidos. "Somos un pueblo sin fronteras" o "No más muros" son los lemas de las pancartas. Pero los asistentes a las marchas no son tantos como se esperaba. "Así mismo fue cuando Trump, en medio de la campaña y tras su ataque a los migrantes mexicanos, vino a Ciudad de México. Mucha prensa, pocos manifestantes", dice Rodrigo Fernández, vendedor callejero en Puebla, quien sorprende con su claridad: "Trump es problema de Estados Unidos. Nosotros tenemos nuestros propios problemas con nuestro presidente".
Contra los precios, no contra Trump
Esto se puede ver en la Avenida Juárez. Allí se han reunido los manifestantes, pero no en contra de Trump, sino contra el presidente Enrique Peña Nieto y su muy polémica decisión de aumentar los precios de la gasolina, el llamado "gasolinazo", que ha imperado en las discusiones y marcado el ánimo general del país. El cuestionado mandatario busca, por su parte, una aproximación a Trump, al menos en el campo de la diplomacia, y lo felicitó por su llegada al poder. "La soberanía, el interés nacional y la protección de los mexicanos rigen las relaciones con el nuevo Gobierno de Estados Unidos", escribió Peña Nieto. Con ello busca marcar el ritmo de las próximas semanas, pero el Gobierno de México tendrá que concentrarse, de cualquier modo, en sus propios problemas.
Iglesia se opone al muro
Las organizaciones de refugiados y migrantes mexicanas han recibido respaldo de la Iglesia católica. El obispo de Monterrey y secretario general de la conferencia episcopal mexicana, Alfonso Miranda Guardiola, hizo saber a Trump -por medio de las redes sociales- que no debe poner en aprietos a los mexicanos. "Tus amigos, pobres pero con dignidad, no se dejarán amedrentar por la construcción de un muro", comentó Miranda.
Mientras, la ciudadanía sigue la ceremonia de asunción de Trump por la televisión en cafés y restaurantes. Cuando el discurso de Trump aborda temas económicos, la gente menea la cabeza en señal de rechazo. Cuando el mandatario dice "Estados Unidos primero", también la cabeza marca el ritmo. Un par de turistas del norte entra a la "Antigua Churrería de la Catedral". Y cuando en la pantalla se dice que la administración de Trump seguirá adelante con el plan del muro, no saben cómo comportarse. Sus vecinos de mesa mexicanos, en cambio, miran al piso. La nueva era de las relaciones mexicano-estadounidenses comienza con mala cara.