Trump deportará menos de lo que prometió
14 de noviembre de 2016A lo largo de la campaña electoral, el recién electo presidente de Estados Unidos, Donald Trump, prometió una serie de medidas que, si bien consiguieron escandalizar a una gran parte de la sociedad, hicieron despertar a aquellos ciudadanos descontentos con el devenir del país y la economía durante el gobierno de Obama.
Y es que a pesar de que muchas promesas realizadas por el magnate neoyorkino durante los últimos meses resultan polémicas, son justamente las que demandaba una parte de la sociedad estadounidense. Entre todas destacan especialmente dos que, seguro, afectarán a la población latina que ya vive en el país o sueña con forjarse un futuro en Estados Unidos: la construcción de un muro en la frontera con México y la política antiinmigración.
Indocumentados con antecedentes
En una entrevista para el programa "60 minutes” emitida el domingo (13.11.2016) por el canal CBS, Trump matizó su promesa de levantar un muro de 1.600 kilómetros en la frontera con México y dijo que quizá acabe siendo "una valla” en algunas zonas. Durante la campaña propuso también otro tipo de medidas antiinmigración, entre las que destacan su intención de triplicar el número de agentes fronterizos actual, la eliminación de la ciudadanía por nacimiento o su polémica intención de deportar a los 11 millones de indocumentados que viven en el país.
Consciente del recelo y la animadversión que despiertan estas propuestas en una gran parte de la población estadounidense, empeñada desde hace días en demostrarlo mediante la convocatoria de manifestaciones por todo el país al grito de #NotMyPresident, el magnate reculó y aseguró que las expulsiones solo afectarán a inmigrantes con antecedentes penales.
"Lo que vamos a hacer es tomar a los criminales que tienen antecedentes penales, pandilleros, traficantes de droga, probablemente dos millones, podrían ser incluso tres millones, y vamos a echarlos del país o vamos a encarcelarlos", dijo Trump en el programa "60 minutes”.
El Centro de Política Migratoria (MPI) calcula que hay 690 mil indocumentados con condenas criminales o delitos agravados. "Trump habla de dos y hasta de tres millones. ¿Quiénes caerán bajo la categoría de "criminales”?”, se pregunta Maribel Hastings, asesora ejecutiva de la organización America's Voice, que promueve cambios en la política migratoria estadounidense.
Según datos oficiales, en Estados Unidos hay más de 11,3 millones de personas indocumentadas. Según un estudio del Center for American Progress, el coste promedio de expulsar a una persona del país es de 10.070 dólares. En un escenario de deportaciones masivas, el monto total ascendería hasta los 114.000 millones de dólares, una cantidad que, en el mejor de los casos, sólo cubriría los gastos operativos de detención, procesamiento judicial y deportación. Asimismo, y siempre según el estudio realizado por el think tank estadounidense, el proceso de expulsión se prolongaría durante más de 20 años.
Obama, "deporter-in-chief"
Las nuevas declaraciones de Trump, aunque siguen siendo polémicas, parecen al menos más realistas. Su predecesor y aún inquilino de la Casa Blanca, Barack Obama, es el presidente que más deportaciones ha realizado en la historia de Estados Unidos. No en vano, ha recibido el apodo de "deporter-in-chief" (Deportador en jefe). El 47 por ciento de los expulsados por la Administración Obama, además, carecía de antecedentes criminales. Según la Oficina de Inmigración y Aduanas de EE.UU., entre el año 2009 y el 30 de julio de 2016 fueron deportadas 2.768.357 personas, un 41 por ciento más que durante el mandato de George W. Bush (2001-2009).
"Es el que más ha deportado. Los números lo sustentan”, asegura Maribel Hastings.
Durante los 8 años de la Administración Bush, su gobierno puso en marcha un plan de redadas que aterrorizó a la comunidad inmigrante y que se saldó con la expulsión de 2.116.990 personas, lo que a su vez supuso un aumento del 132 por ciento con respecto al número de deportaciones realizadas por Clinton.
Analizando las cifras se aprecia una relación entre el aumento de las deportaciones y el incremento de la población indocumentada en el país. Durante el gobierno de Clinton (1993-2000) el número de "sin papeles” aumentó un 90 por ciento, desde 4,9 millones a 8,6 millones. Cuando asumió George Bush en 2001 la cifra ya superaba los 9,3 millones y acabaría sufriendo un incremento del 31 por ciento, hasta los 11.3 millones. Desde entonces la población indocumentada se ha mantenido estable, no así las deportaciones.
Miedo a ser deportados
Estrés, depresiones y paranoia son solo algunas de las afecciones que padecen los inmigrantes indocumentados que temen ser deportados. A pesar de ello, "los latinos están dispuestos a defender sus logros sin concesiones”, asegura Marielena Hincapié, directora de la organización estadounidense National Immigration Law Center.
El presidente de la Cámara de Representantes estadounidense, el republicano Paul Ryan, aseguró en una entrevista que a pesar de la retórica utilizada por Donald Trump durante su campaña, "no estamos planeando erigir una fuerza deportadora. Creo que debemos tranquilizar a la gente: esa no es nuestra prioridad. Estamos enfocados en asegurar la frontera. Creemos que lo primero y lo más importante, antes de meternos en cualquier otro asunto migratorio, es que tenemos que saber quién entra y sale del país”, dijo Ryan en el programa State of the Union de CNN.
Groucho Marx definía la política como "el arte de buscar problemas, encontrarlos, hacer un diagnóstico falso y aplicar después los remedios equivocados”. Trump parece haber seguido a rajatabla los tres primeros pasos. Si considera que el mayor problema de Estados Unidos son los inmigrantes indocumentados que viven y trabajan en la economía sumergida, y decide expulsarlos, entonces la definición de Groucho seguirá siendo válida casi 40 años después de su muerte.