Triunfo de Hollande es también una oportunidad para Alemania
7 de mayo de 2012El socialista François Hollande dijo en su discurso de ganador en la localidad de Tulle lo mismo que le dijo la conservadora Merkel al teléfono: “Francia y Alemania son conscientes de la responsabilidad que une a ambos países”. Angela Merkel, además de felicitar al electo presidente de Francia, “recalcó la importancia de las relaciones entre ambas naciones”, dijo el vocero de la canciller alemana, Steffen Seibert.
“Tanto Hollande como Merkel están seguros de que la cooperación entre París y Berlín será buena y confiable”, citó Seibert la charla telefónica de la “nueva pareja” franco-germana. Angela Merkel invitó a Hollande a visitarla lo más pronto posible después de asumir el cargo de presidente de Francia el próximo 15 de mayo.
¿Impulso al empleo?
También el líder de la oposición socialdemócrata alemana Sigmar Gabriel le deseó suerte a su correligionario francés: “Tu elección es una señal de esperanza que va más de las fronteras francesas”, le escribió Gabriel a Hollande, junto con el presidente del Parlamento Europeo, Martin Schulz. En el mensaje expresan que con Hollande, “Francia aportará a la consolidación de las arcas nacionales en Europa y, a la vez, dará fuerte impulso al empleo y al crecimiento”.
Los Verdes, por su parte, esperan que Hollande presione por hacer correcciones de la política financiera y energética a nivel europeo. Así lo expresó Claudia Roth, jefa del partido ecológico hoy en Berlín. “Abandonar el dictado de ahorro, impulsando al mismo tiempo la consolidación, es lo correcto”, dijo Roth no sin instar a Hollande a dejar el uso de la energía nuclear“.
“Sin Pacto Fiscal no hay crecimiento”
Voces de advertencia a Hollande se escuchan de Andreas Schockenhoff, vicepresidente de la fracción cristiano-demócrata en el Parlamento: "Ni la estabilidad política ni la disciplina fiscal pueden ser tocadas si queremos crecimiento en Europa“, dijo Shockenhoff, que espera pronto palabras claras de Hollande si no quiere “poner nerviosos a los mercados“. Hollande prometió durante su campaña “renegociar el Pacto Fiscal”.
En todo caso, “el Gobierno alemán apuesta por una estrecha cooperación con Hollande”, aseguró, por su lado, el ministro germano de Relaciones Exteriores, Guido Westerwelle. “Alemania quiere superar, junto con Francia, la crisis de deuda”, dijo Westerwelle, quien también agregó que “ahora que tenemos un Pacto Fiscal, queremos un pacto para aumentar la competitividad de la Unión Europea”.
Del presidente alemán, Joachim Gauck, el electo presidente de Francia también recibió palabras que mencionan “los grandes retos” y destacan la “responsabilidad compartida por una política solidaria”.
De los retos a los objetivos comunes
La superación de la crisis económica europea y la defensa exitosa del euro. Estas son, en principio, las mayores preocupaciones de los alemanes, que ante el cambio de mando en Francia, centran en el socialista Hollande tanto esperanzas como temores.
En épocas de turbulencias que amenazan economías de países enteros en Europa, el legendario eje franco-alemán se convirtió en la torre de control. Una singular central de mando en donde Berlín, obligada por su exitoso económico, es el piloto y Francia, por su débil situación financiera, funge come auxiliar de vuelo.
Y aunque los conservadores Merkel y Sarkozy lograron una armonía inusitada en medio de la crisis, tanto que fueron rebautizados como el duo “Merkozy”, no hay nada que impida que pronto la nueva combinación se llame “Merkollande”.
Y es que “Merkel no sería Merkel sino fuera capaz de dar fuertes virajes sin salirse de curso”, recuerda el diario Frankfurter Rundschau, de Fráncfort del Meno. Ella ya lo ha practicado en Alemania, cuando gobernó con los socialdemócratas. “Merkel no conoce problemas ideológicos con sus socios, así se llamen o sean socialistas, como Hollande”, concluye dicho periódico.
Una amistad franco-alemana menos impulsiva
Es además muy probable que Merkel encuentre en Hollande un socio más confiable y más serio que Sarkozy, así este jurara fidelidad. Merkel y Holland son mucho más similares de lo que hasta ahora se ha notado: ambos son políticos “tecnócratas”, ella física, él economista; ambos muy pragmáticos y ambos ajenos a dejarse dominar por dictados ideológicos.
Igualmente es probable que Francia mejore su posición ante Alemania y Europa, sin que Berlín tenga que temer la pérdida de un poder europeo que tiene mucho de simbólico.
Así que la victoria de François Hollande, más que convertirse en un dolor de cabeza para Europa y Alemania, puede ser una gran oportunidad para mejorar las relaciones del esencial eje franco-alemán sobre una base más sincera y, por lo tanto, más sólida y confiable. Y si es bueno para Francia y Alemania, ¿por qué no puede ser bueno para Europa?
Autor: José Ospina-Valencia
Editora: Emilia Rojas