Triatlón migratorio en la UE
4 de mayo de 2016"No se trata de dar carta blanca a Turquía", aclara muy serio el vicepresidente de la Comisión Europea (CE), Frans Timmermans. No obstante, recomienda acordar la exención de visado para fines de junio (justo como espera el gobierno turco). Bruselas gana tiempo: como Turquía aún no cumple con cinco de los requisitos exigidos, recibirá un nuevo plazo para mejorar.
Se trata de temas cruciales: una ley antiterrorista acorde con las normas de la UE, la cooperación con Europol y las autoridades judiciales europeas, protección de datos y lucha contra la corrupción. Además, Turquía debe demostrar mejoraría en el especialmente espinoso tema de la libertad de expresión, pero ya eso parece más difícil de comprobar en la práctica.
Apuesta por el compromiso con Turquía
Ante la preocupación de Alemania, Francia y muchos diputados europeos, la CE quiere instalar un mecanismo revocatorio: si Turquía no cumple con su parte del acuerdo, o sea, si no reacoge refugiados para aliviar a Grecia, Bruselas podría eliminar la exención de visado.
Ankara ya protestó contra esto por adelantado. Así que para contrarrestar la imagen de la discriminación, a partir de ahora, todos los acuerdos de exención de visado llevarán esa cláusula, lo cual afectará también a kosovares y ucranianos. Y para calmar los nervios de los estados miembros, Timmermans aclara: "El ingreso sin visa a la UE solo será posible con un pasaporte biométrico, sin excepciones."
Escépticos conservadores como el diputado socialcristiano alemán Markus Ferber replicaron enseguida que la UE no debe hacer concesiones hasta que Turquía no cumpla todos los requisitos para la exención de visado. Pero Timmermans insistió en que "en los años en que no negociamos con Turquía, no cambió nada allí." Por eso, el holandés aspira ahora a abrir nuevos capítulos de negociación para el ingreso de Turquía a la UE y comprometerla, por ese camino, con las reglas europeas.
Pero Timmerman obvia el hecho de que la UE se ha vuelto "chantajeable" desde que cerró un acuerdo sobre refugiados con Turquía. Ankara ya ha amenazado con suspenderlo si los europeos no responden como espera. Los países miembros lo saben, así que su visto bueno parece seguro. Lo problemas pueden venir más bien del Parlamento.
Amenazas a Europa del este
En cuanto a las intenciones de reformar los acuerdos de Dublín, excepto Grecia e Italia– los países actualmente afectados− nadie acepta cambiar la regla vigente, que hace responsable de los refugiados al país de entrada al territorio europeo. De ahí que Frans Timmermans recomiende ahora un mecanismo corrector.
Cada país tendría una cuota máxima de acogida, de acuerdo con su tamaño y potencial económico; si esta se copa, los refugiados serían automáticamente redistribuidos hacia otros estados miembros, según sus cuotas. Así, la pequeña y pobre Grecia podría aliviarse inmediatamente. Quien no colabore, tendría que pagar 250.000 euros por cada refugiado que no acoja. Pero miembros como Eslovaquia se niegan desde antes a esta solución.
La CE advirtió directamente, sin mencionar nombres, al Grupo Visegrád (Hungría, Polonia, República Checa y Eslovaquia): "¡O asumimos este reto juntos, o no lo asumimos! Y si no mostramos solidaridad en esto, tampoco la habrá en otras cosas". Una clara amenaza a los países más reacios a acoger refugiados. "Nuestra propuesta es ambiciosa y justa", insistió Timmermans, y podría ser aprobada con mayoría calificada, en últimas, sin los europeos del Este.
Seguirán los controles fronterizos
Grecia ha hecho grandes avances en el aseguramiento de las fronteras exteriores, reconoció el comisario Dimitris Avramopoulos, pero aún existen deficiencias y, por eso, los controles de Alemania y otros países en las fronteras interiores del territorio Schengen pueden prolongarse por otro medio año. Aunque, advierte Avramopoulos, "esta es una medida extraordinaria y queremos volver cuanto antes a las reglas Schengen", a la vida de antes de la crisis de refugiados.
Con sus tres propuestas, la CE intenta tomar el toro por los cuernos: en la negociación con Turquía, trata de que sus concesiones se traduzcan en un compromiso activo y positivo con el gobierno de Ankara; mientras, en la crisis de refugiados, advierte que habrá que forzar la solidaridad, si no queda más remedio, por más que les pese a los este europeos.