Trescientos cincuenta años sin Rembrandt
En los Países Bajos, 2019 fue declarado el Año de Rembrandt, para conmemorar el 350 aniversario de su muerte, ocurrida un 4 de octubre. “La ronda nocturna” es un símbolo nacional, pero su fama se debe a una extensa obra.
Ilusión de movimiento sobre el lienzo
“La ronda nocturna” (1642) fue encargada por la Corporación de Arcabuceros de Ámsterdam para decorar su sede. Más que como modelos, Rembrandt usó a los retratados como actores de teatro, bañandolos con dramáticas luces y sombras, componiendo la escena con sus ropajes y creando la ilusión de movimiento. Esta joya del Rijksmuseum acaba de ser restaurada, a tiempo para el "año de Rembrandt".
Sociedad en transformación
Los retratos de grupo disfrutaron de un auge sin precedentes en los Países Bajos durante el siglo XVII. Pero, con “Los síndicos de los pañeros” (1662), Rembrandt se distinguió de sus contemporáneos por la expresividad con que dotó a los retratados y por la manera en que cautiva a los espectadores del cuadro hasta sentarlos a la mesa como testigos del efímero instante capturado por sus pinceladas.
Mirada atenta
En la obra “La lección de anatomía del Dr. Nicolaes Tulp” (1632), Rembrandt retrata al gremio de los cirujanos de Ámsterdam, atentos a la disección de un cadáver; documenta la creciente importancia de las ciencias naturales en la sociedad neerlandesa del siglo XVII; y al mismo tiempo, exhibe sin falsa modestia sus destrezas de maestro, desafiándose a sí mismo con la complejidad de la composición.
Silencio e intimidad
Rembrandt se destacó durante la era dorada de los artistas neerlandeses. En 1642 se registró un quiebre en su vida y obra: la muerte de su esposa Saskia y una crisis financiera lo agobiaron hasta dejar sus huellas sobre lo que terminaría siendo conocido como su estilo tardío. A partir de 1651, sus pinceladas se tornaron más gruesas y sus escenas, más íntimas. En la imagen, “La novia judía” (1667).
“Selfies” por encargo
Muy pocos pintores han invertido tanta energía en el género del autorretrato como Rembrandt. Él era su modelo predilecto y trabajó hasta edad avanzada con un espejo. El artista podía presentarse a sí mismo de manera realista, frente al lienzo, o encarnando a un apóstol. Curiosamente, sus ochenta autorretratos fueron realizados por encargo de clientes que admiraban su trabajo.
Frente al espejo
Sus autorretratos tempranos son estudios mediante los cuales Rembrandt se esmeró en dominar diferentes técnicas pictóricas y reproducir las expresiones faciales más disímiles. El primero de todos (foto) data de 1628. Con estas piezas, Rembrandt desarrolló lo que hoy describiríamos como “su marca”. Muchos de sus clientes le encargaban pinturas donde él mismo apareciera.
La Biblia, divina inspiración
Una pesada oscuridad rodea a los protagonistas de “José y la mujer de Putifar” (1655), donde se describe un suceso desencadenado por una mentira sobre un encuentro sexual que nunca tuvo lugar. La tradición cristiana fue una de las fuentes de inspiración de Rembrandt, quien murió en Ámsterdam el 4 de octubre de 1669.