Tratado de Lisboa: Alemania allana el camino hacia su entrada en vigor
30 de junio de 2009“La Constitución alemana dice sí a Lisboa, exige sin embargo a nivel nacional un fortalecimiento de la responsabilidad parlamentaria de integración”, anunció uno de los magistrados del Tribunal Constitucional alemán, con sede en Karlsruhe. Esto significa que Alemania le da luz verde al documento que reformaría la Unión Europea, aunque antes de su ratificación definitiva se tendrá que realizar enmiendas a una ley que regule la participación del Parlamento alemán en el proceso de sanción de directrices europeas.
Si bien el esperado fallo de Karlsruhe quita uno de los cuatro obstáculos que tenía hasta hoy por delante el Tratado, retrasa su ratificación por parte de Berlín hasta que el Bundestag –en sesión extraordinaria en agosto- realice la enmienda exigida. El presidente alemán, Horst Köhler, no había puesto su firma en el documento, esperando el visto bueno de los altos magistrados de Karlsruhe.
Dudas académicas y en el Bundestag
Algunos miembros del Parlamento alemán –sobre todo del partido Die Linke, La Izquierda- y varios catedráticos habían demandado ante la máxima instancia alemana que el Tratado de Lisboa socavaba la soberanía de Alemania mediante el traspaso de competencias legislativas al Parlamento Europeo.
Así, por ejemplo, el jefe de la fracción de la Izquierda en el Bundestag, Oskar Lafontaine, argumentaba que el Tratado de Lisboa ofrece muy pocas instancias democráticas para la codecisión y otorgaba demasiado poder a las instituciones europeas. La Unión Europea estaría tomándose la atribución de ampliar su competencia, decían los demandantes.
Compatible con la Constitución
Pero, al parecer, no es así. "La cámara confía en que el último escollo para la firma del acta de ratificación sea superado pronto", aseveró el magistrado Andreas Vosskuhle al leer la decisión que fue tomada por siete votos contra uno. El nuevo tratado –que de ser ratificado por los 27 países- entraría en vigor en 2010 no altera la esencia de la UE, que seguiría siendo una unión de Estados soberanos. Por ello, así los jueces de Karlsruhe, son infundados los recelos de una participación de Alemania en la UEy el Tratado de Lisboa puede ser ratificado tan pronto esté lista la enmienda.
El Tribunal Constitucional ha tenido muy en cuenta también que sus competencias no se vean menoscabadas por las del Tribunal de Justicia de la Unión Europea, con sede en Luxemburgo. Los fallos de éste son reconocidos por la justicia alemana siempre y cuando los derechos fundamentales de los ciudadanos alemanes estén garantizados. Y esto último, así los expertos, también está contemplado en el controvertido documento.
¿Una Europa más ágil y funcional?
El Tratado de Lisboa –cuya versión anterior fracasó en sendos referendos en Holanda y Francia- prevé poner en forma a la Unión Europea, hacerla más funcional y ágil con vistas al futuro. Que el presidente de la UE tenga un mandato de dos años y medio –no de seis meses como hasta ahora- daría mayor peso y continuidad al quehacer de la UE. Un “Alto Representante para Política Exterior y la Seguridad” –como vicepresidente de la UE- le daría un rostro más definido en el ámbito internacional. El procedimiento de decisión por mayoría cualificada –en vez de por unanimidad- pondría fin al poder de veto que tiene hasta el momento cada país miembro. Y que el Tratado prevea que una petición firmada por un millón de ciudadanos europeos tenga que ser tenida en cuenta por la Comisión se ve –por lo menos entre los favorecedores de la reforma- como una mayor garantía de democracia en la UE.
El no de los más pequeños
Este Tratado –que daría a la UE personalidad jurídica propia para firmar acuerdos internacionales- fue firmado y acordado por los jefes de Estado y de Gobierno de todos los miembros de la UE en diciembre de 2007. Sin embargo, el que tuviera que ser sometido a referendo en Irlanda –en donde fue rechazado en junio de 2008 y donde será sometido una segunda vez al voto popular en octubre de 2009- y que haya tenido que ser ratificado a nivel nacional en todos los países ha supuesto dificultades adicionales.
En la República Checa -donde fue aprobado por el Parlamento- el presidente, Vaclav Klaus, sigue considerándolo una amenaza a la soberanía de su país y un acuerdo desventajoso para los países pequeños de la UE. Su firma la hace dependiente de los resultados del plesbicito irlandés. En Polonia también está pendiente la firma del jefe de Estado, Lech Kaczynski, aunque el Tratado ha sido ya aprobado por el Legislativo.
Alivio, a pesar de las enmiendas
Así, en Alemania, mientras que querellantes como el conservador bávaro Peter Gauweiler opinan que, por lo menos en parte, les han dado razón, el alivio en los círculos politicos es notorio.
Jo Leinen, parlamentario europeo por los socialdemócratas y encargado de asuntos constitucionales, habla de “un paso más hacia una Europa para los ciudadanos”. Werner Langen, diputado europeo por la Unión Democrátacristiana (CDU) espera un rápido trámite de la enmienda exigida para que la ratificación se lleve a cabo lo antes posible. Por su parte, Rebecca Harms, de los Verdes europeos, aseveró que éste es “un buen día para la Democracia, para los derechos civiles y para la Unión Europea”.
Autora: Mirra Banchón
Editor: Pablo Kummetz