Tolerancia cero con la carne caducada
30 de noviembre de 2005"Nuestro lema es el de la 'tolerancia cero' con quienes pisotean la confianza de los consumidores", dijo Merkel en su primera intervención parlamentaria desde que asumió la jefatura de gobierno la semana pasada.
Merkel dijo que el "terrible escándalo" de comercio de carne caducada que angustia desde hace semanas a la opinión pública alemana no permitirá al gobierno "estar tranquilo hasta que no se hayan subsanado todos los puntos conflictivos". Si la situación no se aclara con rapidez, "la industria alimenticia lo va a tener muy difícil", añadió la canciller.
Hasta ahora se han confiscado en todo el país más de un centenar de toneladas de carne en estado de putrefacción preparada para ser comercializada en forma de salchichas, embutidos y otros productos, simplemente falseando la etiqueta con la fecha de caducidad.
Carne caducada: ¿a diario en el supermercado?
Las autoridades sanitarias regionales informan a diario de nuevos casos, lo que ha llevado a algunos expertos a sospechar que existe un fraude sistemático en el que incluso podrían estar implicados los propios controladores, aunque el gobierno sigue sosteniendo la tesis de que se trata de casos inconexos.
Según los expertos, la presión de los precios dentro del sector alimenticio es tal, que para muchos la única forma de subsistir es comerciando con carne de baja calidad e incluso incurriendo en delitos contra la salud pública.
El mismo ministro de Agricultura y Protección del Consumidor, Horst Seehofer, de la Unión Cristianosocial, no quiso excluir la posibilidad de que la venta de carne en mal estado camuflada en productos derivados sea una práctica habitual dentro de la industria alimenticia. Si este es realmente el caso, dijo el ministro en declaraciones a la segunda cadena alemana de televisión pública ZDF, el escándalo adquiriría "otra dimensión".
Seehofer, según informa la agencia de noticias alemana DPA, tiene previsto presentar un programa inmediato de diez puntos para atajar el problema. Expertos del Estado central y los estados federales, que tienen buena parte de las competencias en alimentación, acordaron ya mejorar la cooperación en el control de los productos alimentarios.