"Tolerancia cero a la violencia contra las mujeres"
30 de mayo de 2016La lucha por la igualdad de género se vuelve cada vez más desigual y los delitos contra las mujeres son cada vez más cruentos. En América Latina, muchas conquistas quedan en segundo lugar debido a la preocupación por lograr, lisa y llanamente, que las mujeres no sean violadas y asesinadas. En esta espiral descendente en la evolución en cuanto a derechos de la mujer, lo que intentan diversos organismos de defensa es generar conciencia y medidas legales para reducir los feminicidios y las violaciones.
En América Latina y el Caribe murieron en 2014 al menos 1.678 mujeres a causa de violencia de género, según el Observatorio de Igualdad de Género de la CEPAL. Por estos días, dos casos atrapan la atención de los medios: la liberación de 200 niñas y mujeres de la explotación sexual en el barrio Bronx de Bogotá, Colombia – de las cuales 76 eran menores, algunas de menos de 13 años- y la violación grupal de una adolescente en Río de Janeiro, Brasil.
Aún queda mucho camino por recorrer
“A pesar de los grandes avances en materia de igualdad de género, estos delitos en Colombia y Brasil nos demuestran que, además de las políticas públicas, se debe generar un cambio cultural profundo”, dijo Adriana Quiñones, asesora regional para la eliminación de la violencia de ONU Mujeres para América Latina y El Caribe, en conversación con DW. “La región ha avanzado mucho en términos de participación laboral y política, y cuenta con una legislación de avanzada que reconoce todos los tipos de violencia contra las mujeres: violencia doméstica, en el espacio público, en el conflicto armado. Pero ante estos crímenes vemos todo lo que aún queda por hacer”.
“Sigue habiendo una deuda muy grande en cuanto a generar igualdad de derechos para las niñas y las mujeres en América Latina, a pesar de los tratados internacionales de la Convención sobre la Eliminación de Todas las formas de Discriminación contra la Mujer (CEVAW, por sus siglas en inglés), ratificada por 188 países del mundo, y de la Convención de Belém do Pará”, dijo, por su parte, Josselyne Bejar, jueza penal en el Estado de Jalisco, México, y secretaria de la Asociación de Jueces Mujeres de México, en entrevista con Deutsche Welle. La eficacia del marco legal “sigue siendo muy limitada”, señala. “Se sigue matando a las mujeres, especialmente debido a las relaciones de dependencia en las que viven”, afirma la jueza, que se ocupa de concientizar a las profesionales de su área sobre los problemas de las mujeres.
En cuanto a la aplicación debida de la ley, Bejar dice que “aún falta el reconocimiento de la desigualdad de la mujer dentro del marco de las leyes.” Para ella, el tema principal “es el de la prevención”, el de contar con protocolos de investigación bien claros, un debido enjuiciamiento y una sentencia correspondiente, derivada de una buena investigación”. Asimismo, la delincuencia organizada de la trata de personas, es una “problemática tremenda que domina el escenario en lo referente a la violencia contra la mujer, como en el reciente caso de Colombia”, añade.
Tolerancia sistemática a la violencia contra la mujer
Al respecto, Adriana Quiñones agrega que “Los sistemas de Justicia en la región no han avanzado a la par de esas leyes. Los femicidios y la violencia sexual no se investigan de manera adecuada. Hay muchos avances en México, en Argentina, Brasil y en Colombia para investigar la historia que precedió a esos crímenes, para entender la necesidad de las mujeres de que se las escuche, de que se haga un seguimiento y que haya registros administrativos.”
Un estudio pionero sobre la tolerancia social a la violencia de ONU Mujeres en Colombia realizado entre 2009 y 2014 confirma que hubo un cambio en la actitud de las autoridades frente a las mujeres víctimas de violencia en lo referente a su forma de vestirse y de comportarse en público. Parecería que los viejos clichés de la “provocación” por parte de las mujeres, que las convierte de víctimas en culpables, están disminuyendo. Pero aún persisten.
“La realidad nos demuestra que necesitamos ser mucho más proactivos para proteger a las niñas y a las mujeres”, explica la asesora de ONU Mujeres. “Pensamos que el desafío se debe enfrentar desde la primera infancia, en la escuela, con una educación basada en la igualdad de género, entendiendo que la igualdad de género nos beneficia a todos: tanto a hombres como a mujeres”, agrega. En Chile, por ejemplo, hay políticas públicas que propician la participación del hombre en el parto y una paternidad extendida. "Los hombres que participan en las labores del hogar y de la crianza de sus hijos tienden a ser menos violentos", asegura. Además, la experta resalta que se deben a repartir las responsabilidades en el hogar. "Sabemos que las mujeres trabajan entre 20 y 25 horas más que los hombres semanalmente. Asimismo, trabajamos para ampliar la participación política de las mujeres, en el sector público y privado, y para acabar con la pobreza y la impunidad. Todo eso permitirá que se logre cero tolerancia hacia la violencia de género".