Tokio Hotel sigue acumulando éxitos
29 de marzo de 2011Son cuatro chicos de Loitsche, un pueblito cercano a Magdeburgo, en el este de Alemania. Tom y Bill, los hermanos mellizos, hacen música desde que son pequeños y siempre contaron con el apoyo de su padrastro, que los hizo subir por primera vez a un escenario a los nueve años. Fue en un concierto cuando conocieron a los otros dos miembros de la banda, Gustav Schäfer y Georg Listing, y así formaron los cuatro el grupo “Devilish”, tocando en clubes locales y participando en varios concursos. La carrera meteórica del grupo comenzó hace siete años, luego de que Bill Kaulitz fuera descubierto en 2003 por un productor durante el casting para un certamen musical.
Un plan para el éxito
Tokio Hotel trabajó durante dos años en estudio para producir su primer álbum, al tiempo que tomaban clases instrumentales y de canto. Con su apariencia andrógina y su vestimenta fuera de lo común, fue Bill Kaulitz el que más llamó la atención de la prensa, ya que estaba predestinado a figurar en la tapa de Bravo, la revista para adolescentes número uno de Alemania.
Desde un comienzo, el semanario, que se publica en la ciudad de Múnich siguió paso a paso las actuaciones y los sucesos en la vida de Tokio Hotel. “Las nuevas estrellas alemanas”, tituló la Bravo mucho antes de que saliera a la venta la primera canción. Por eso, no sorprende que el simple con el que debutó el grupo, “A través del monzón”, llegara rápidamente a ocupar los primeros puestos del ranking discográfico. “Tuvimos una suerte increíble”, dijo entonces Bill Kaulitz, “no es nada fácil encontrar la gente adecuada”.
No fue sólo suerte, sino también un gran trabajo de marketing los que componen la clave del éxito del cuarteto pop, ya que su manager y su compañía discográfica los llevaron, desde un principio, de una entrevista a la otra. En Alemania, no hubo quien no tarareara, aunque fuera sin querer, los éxitos de Tokio Hotel desde el 2005 hasta el 2008.
Personajes de la cultura emo
Incluso un semanario alemán como Stern, más bien crítico, publicó un largo reportaje sobre la banda con el título ‘Nirvana para adolescentes'. Sobre todo el cantante, Bill Kaulitz, es siempre el foco de atención por su estilo de vestirse y de peinarse. Con los párpados pintados, el peinado, una mezcla de punk y manga, una perforación en la lengua y ropas vistosas, Bill es un ídolo adorado por cantidades de fans femeninas.
Para resumir el estilo de Tokio Hotel se puede decir que le ponen sentimiento al rock duro, ya que en la ‘tribu urbana' de los emos está muy bien visto dar rienda suelta a las emociones. Y son, sobre todo, las chicas las que se identifican con sus textos, que hablan sobre la vida, el amor, el dolor y la rabia . Además, son autobiográficos en parte, ya que los padres de los hermanos Kaulitz se separaron cuando ellos eran niños aún.
Amados, odiados y celebrados mundialmente
Tener muchos fans provoca también mucha envidia. A Tokio Hotel, o se los ama o se los rechaza. A menudo se los parodia, y en Internet aparecen campañas contra la banda de cuando en cuando. En 2006, Bill fue elegido durante un programa de televisión como el “alemán más enervante”. Pero, a pesar de todo, Tokio Hotel sigue acumulando éxitos. La banda ganó diversos galardones musicales en Alemania y en el extranjero. En Francia son megaestrellas; cuentan con una gran comunidad de seguidores en Sudamérica, y, en los EE. UU., sus dos últimos discos figuraron entre los primeros 40 puestos del ranking. En Israel, unos 6.000 fans firmaron una petición para que Tokio Hotel pudiera tocar en su país, y lo lograron.
Los chicos de Magdeburgo lograron incluso que sus admiradores en el extranjero aprendieran alemán para poder cantar sus temas, aunque ya han grabado algunos de sus discos en inglés. En los últimos años, Tokio Hotel se ha dedicado a proyectos de beneficencia, y Bill Kaulitz desfiló últimamente para un diseñador en la Semana de la Moda de Milán. Pero el grupo no se queda quieto, y como la música es lo suyo, es seguro que la carrera musical de Tokio Hotel aún ha llegado a su fin.
Autor: Ralf Kennel/ Cristina Papaleo
Editor: Pablo Kummetz