Todos contra Trump
15 de abril de 2016“Lárgate. Aquí no hay sitio para ti”. Esta es una de las consignas que conoce Natalia Aristizabal, una colombiana que huyó de su país hace 13 años y que desde entonces lucha por el reconocimiento legal de los Sin Papeles en Estados Unidos. “Siempre hubo racismo”, dice la neoyorkina, “pero Donald Trump está dando voz a esa gente y les permite decir lo que siempre pensaron”. Un hecho que a ella y a miles de estadounidenses les provoca terror y rabia, una rabia que avanza lentamente en esta campaña pre electoral interminable.
Protesta multicolor
Los grupos directa o indirectamente amenazados por Donald Trump comienzan a asociarse contra él. Entre ellos hay musulmanes a los que Trump no quiere dejar entrar en el país, Sin Papeles a los que quiere expulsar, y judíos o negros que sufren la discriminación desde hace siglos. Todos salen a la calle. Mientras los republicanos celebraban una cena de captación de fondos este jueves en el Grand Hyatt de Nueva York, miles de personas se manifestaban en la calle 42. Y queda claro que no les callarán fácilmente.
Entre los participantes, mujeres con el pelo teñido de llamativos colores o cubiertas por velos y hombres con rastas, calvos o con la kipa judía. Todos han declarado la guerra a Trump y sus partidarios. “Ya no aguanto esa retórica del odio”, explicaba Michael Pereira, joven que porta un cartel contra el racismo. Aunque la protesta transcurrió con calma, Michael cree que la cosa puede ir a más si Trump resulta elegido candidato. “Esa persona es el odio y el odio se contagia”, dice el vecino del barrio de Queens. Para Michael, el rechazo es enorme y así muestra la amplia variedad de activistas convocados: “Antes no nos conocíamos y hemos venido a protestar desde procedencias de lo más variadas. Nos organizamos a través de redes sociales y no nos podrán parar”.
Ataviados con máscaras de Anonymus o como activistas del movimiento Occupy Wall Street, algunos parecen estar en contra de todo lo relacionado con el Estado. Pero también hay veteranos de guerra que no quieren a los republicanos al mando del país. “No tememos a los musulmanes, sino a una nueva guerra”, declara Chris Hagen, veterano que luchó diez años en Irak y Afganistán. Por último, también hay otros que no solo protestan contra Trump, sino también contra Hillary. “Siempre voté por los demócratas y ahora ni siquiera lo haré. Estoy harto de mentiras”, sentencia Joe Biggs. También esa actitud está bastante extendida en el país.
Trump para los negocios
Estados Unidos no sería el país de las oportunidades si con cada movimiento no surgiese un negocio. Y frente a accesorios anti Trump pagados con donaciones, los partidarios del candidato tienen que rascarse el bolsillo para conseguir souvenirs del candidato. Algo que beneficia a Jeremy Ryan, joven procedente de Michigan que aprovecha económicamente las protestas y espera que haya más. Si Trump no resulta elegido, se dedicará a vender la efigie de otro republicano. Por ejemplo, Ted Cruz. Sin embargo, reconoce que Trump es mejor para el negocio. “La gente se altera con lo que dice. Y, entonces, los que lo apoyan compran más camisetas”, aclara. Un negocio que, el próximo martes, podría resultar lucrativo, puesto que los neoyorkinos elegirán a sus candidatos, con Donald Trump como uno de los claros favoritos.