Tifón Hagupit llega a Filipinas y causa enorme destrucción
7 de diciembre de 2014
La anunciada llegada del tifón Hagupit a territorio filipino estuvo marcada este sábado (06.12.2014) por la destrucción, con lluvias torrenciales y fuertes vientos que derribaron árboles, arrancaron tejados y destruyeron cables de transmisión eléctrica en zonas que aún sufren las consecuencias de otro súper tifón de hace 13 meses. Los vientos sostenidos del tifón llegaron a los 175 kilómetros por hora, con ráfagas de hasta 210 kilómetros por hora.
Alrededor de un millón de personas ya había huido a refugios al momento en que el tifón Hagupit tocó tierra, en lo que una agencia de la ONU dijo que era una de las mayores evacuaciones mundiales en tiempos de paz. “El viento sopla tan fuerte, que es como un remolino”, dijo Mabel Evardone, responsable de la ciudad costera de Sulat en el este de Samar, a la radio local. “Las aguas han subido ahora”, agregó.
El tifón se había debilitado a una tormenta categoría 3, dos escalones por debajo de la definición de “súper tifón”, pero aún podría provocar una enorme destrucción con lluvias torrenciales y marejadas potencialmente desastrosas de hasta 4,5 metros, dijo la oficina meteorológica PAGASA. Hagupit azotará a zonas de Filipinas que ya habían sido arrasadas por el supertifón Haiyan en noviembre de 2013, cuando murieron 6.300 personas y hubo millones de damnificados.
Experiencia previa
Los residentes de viviendas bajas o de zonas proclives a los deslizamientos de tierra huyeron a escuelas, centros cívicos, ayuntamientos, pabellones deportivos o iglesias, dijo la agencia nacional de emergencias. “Hemos recibido informaciones de que ya han sido evacuadas alrededor de un millón de personas. Hay una mayor conciencia de tomar medidas pronto y cooperar y hacer una evacuación preventiva”, dijo Gwendolyn Pang, secretaria general de Cruz Roja en Filipinas, en una entrevista televisada.
La experiencia con Haiyan llevó a las autoridades a expresar su esperanza de que esta vez haya menos víctimas en la región de Tacloban, una de las más dañadas en 2013. “Antes costaba más que la gente dejara sus casas, pero ahora, tras el paso de Haiyan hace un año, los habitantes son conscientes de los efectos que puede tener un tifón y se marchan de forma voluntaria”, declaró a EFE el jefe de la Cruz Roja Española en Filipinas, Roger Alonso.
DZC (dpa, EFE, Reuters)