Thomas Mann en el Museo Gay de Berlín
10 de junio de 2005El escritor alemán Thomas Mann se pasó toda la vida ocultando su fascinación erótica por los hombres, y ahora, con motivo del cincuentenario de su muerte, el Museo Gay (Schwules Museum) de Berlín le dedica una exposición.
A diferencia de sus tres hijos -el historiador Golo, la actriz Erika y el escritor Klaus-, Thomas Mann (1875-1955) no vivió nunca abiertamente su pasión por las personas de su mismo sexo, sino que la sublimó en una larga serie de sugerencias en multitud de pasajes de sus novelas, relatos y ensayos.
Mann dejó constancia a los 75 años del enamoramiento de un joven camarero de un hotel de Zúrich, en un momento en que su estado físico vivía una especie de segunda primavera que le llevó a encabezar entradas de esos cuadernos con observaciones como Fuerte sexualidad o Potencia máxima.
La muestra es un repaso exhaustivo a la vida de Mann que reclama al visitante muchas ganas de leer, aunque la multitud de fotografías, esculturas, cartas originales, objetos personales y
ediciones antiguas de sus libros entretienen el recorrido. "Sin duda el homoerotismo, la unión amorosa entre hombre y hombre, disfruta hoy de un cierto favor del clima de los tiempos y
no se ve sólo a la luz de la monstruosidad clínica", escribía Mann en una cita de su ensayo "Sobre el matrimonio" reproducido en el museo.
Mann fue en 1922 uno de los firmantes del manifiesto del pionero de la sexología moderna Magnus Hirschfeld por la abolición del párrafo 175 del Código Penal alemán, que castigaba la homosexualidad y no se abolió nada menos que hasta 1994. La lucha contra ese párrafo fue uno de los caballos de batalla del movimiento gay alemán no sólo entonces, sino también tras el paréntesis dictatorial, en una República Federal cuyo Derecho Penal no sólo asumió mucho del nazismo, sino también ese párrafo.