Tensión en España tras la represión en Cataluña
2 de octubre de 2017El jefe del Gobierno catalán, Carles Puigdemont, abrió las puertas a que la región declare la independencia de forma unilateral los próximos días. Fue después del referéndum que este domingo (1.10.2017) acabó con cientos de heridos a raíz de la represión de la Policía española.
Un 90 por ciento de los votantes se pronunciaron a favor de la ruptura con España, frente al 7,87 por ciento que dijo "no". En total se contaron 2,262 millones de votos, según informó el portavoz del Ejecutivo catalán, Jordi Turull.
"Con esta jornada de esperanza y también de sufrimiento, los ciudadanos de Cataluña nos hemos ganado el derecho a tener un Estado independiente que se constituya en forma de república", dijo en una declaración institucional Puigdemont al cierre de una de las jornadas más turbulentas en la historia reciente de España.
El líder secesionista se comprometió a trasladar "los próximos días" al Parlamento catalán los resultados de la consulta "para que actúe de acuerdo con aquello previsto en la Ley de Referéndum", es decir, una declaración de independencia en 48 horas.
La policía
Durante la jornada de votación se registraron violentos incidentes cuando la policía intentó impedir que se votara. Madrid argumentó que el voto era ilegal ya que que el Tribunal Constitucional había suspendido la convocatoria.
El "Govern" catalán cifró en 844 los "heridos y contusionados", algunos de gravedad, y acusó al Ejecutivo del conservador Mariano Rajoy de utilizar una "violencia injustificada". El Ministerio de Interior español habló de 12 agentes heridos.
"El Estado español ha escrito hoy una página vergonzosa en su historia de relación con Catalunya. Tristemente no es la primera; demasiadas veces la represión y la violencia han sido la respuesta del Estado a las aspiraciones catalanas", lamentó Puigdemont.
Rajoy, por el contrario, culpó al Gobierno catalán de lo ocurrido. "Sabían que el referéndum era ilegal, improcedente, pero decidieron seguir adelante", acusó. "Hoy no ha habido un referéndum de autodeterminación en Cataluña. Nuestro Estado de derecho mantiene su vigencia y fortaleza".
El mandatario del conservador Partido Popular (PP) agradeció además explícitamente a las fuerzas de seguridad por su actuación.
Por su parte, la alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, solicitó el cese de la represión y planteo la necesidad de que el presidente del Gobierno renuncie a su cargo.
Por su parte, el recientemente electo líder del Partido Socialista Obrero Español, Pedro Sánchez, planteó que "el primer responsable de lo que ha pasado es el Gobern catalán".
Antecedentes
La celebración del referéndum unilateral de independencia venía precedida por semanas de creciente tensión. El Tribunal Constitucional lo suspendió en cuanto fue convocado el 6 de septiembre, ya que la Constitución española no prevé referendos de este tipo, y el Gobierno central impulsó diversas medidas para impedirlo, pero Puigdemont siguió adelante con su plan.
En cuanto se produjo la apertura de los locales de votación a las 9:00 horas, agentes antidisturbios de la Policía y la Guardia Civil acudieron con la orden judicial de impedir el voto y confiscar urnas y papeletas, lo que generó de inmediato forcejeos, incidentes y los primeros heridos. "¡Somos gente de paz!", gritaban los concentrados.
La tensión fue luego en aumento en las calles de Barcelona y otras ciudades de Cataluña. Los antidisturbios dispararon pelotas de goma.
Las críticas a la actuación policial no se hicieron esperar. "Porrazos, empujones, ancianas arrastradas. Lo que está haciendo el PP a nuestra democracia me repugna. Corruptos, hipócritas, inútiles", escribió en Twitter Pablo Iglesias, líder del partido de izquierda Podemos, señalando al Partido Popular (PP) de Rajoy.
Impacto internacional
Medios de todo el mundo se hicieron eco del día de furia en Cataluña y algunos líderes europeos rompieron su cautela para admitir preocupación y reclamar diálogo a Barcelona y Madrid. "¡La violencia no puede ser nunca la respuesta! Condenamos toda forma de violencia e insistimos en nuestra llamada al diálogo político", comentó el primer ministro belga, Charles Michel.
Las crudas imágenes de los disturbios eclipsaron el referéndum en sí, en el que unos 5,34 millones de catalanes estaban llamados a votar para responder a la pregunta: "¿Quiere usted que Cataluña sea un Estado independiente en forma de república?".
La votación continuó celebrándose en los colegios no intervenidos y en condiciones precarias. Sin reconocimiento internacional, junta electoral o participación mínima, el "Govern" anunció a último momento un "censo universal" para que cualquier ciudadano pudiera votar en cualquier local, aumentando las dudas sobre la consulta. El Ejecutivo regional informó de que unos 400 colegios electorales estuvieron cerrados.
La tensión se contagió también al fútbol: el partido entre el Barcelona y Las Palmas se jugó a puerta cerrada en la capital catalana después de que la Liga española rechazara un pedido del Barcelona, líder el torneo, para cancelar el encuentro.
En protesta por la actuación policial, los principales sindicatos y entidades independentistas se unieron en la convocatoria de una huelga general en Cataluña el martes 3. El sindicato UGT, uno de los mayores de España, decidirá mañana su adhesión.
El referéndum abre la mayor crisis en décadas en España y un foco de inestabilidad inesperado en Europa. Con 7,5 millones de habitantes de los más de 46 millones que hay en España, Cataluña es una de las comunidades autónomas más ricas e industrializadas del país y aporta casi el 20 por ciento de su producto interno bruto (PIB).
DG (dpa, efe, El País)