Temer designa a la primera mujer de su gabinete
10 de septiembre de 2016
El presidente de Brasil, Michel Temer, designó por primera vez a una mujer para su gabinete de Gobierno. Tras desempeñarse como secretaria general de lo contencioso, un cargo relevante dentro de la Procuradoría General de la Unión, en la que trabaja desde 2001, Grace Mendonça es la primera mujer que ocupa el cargo de abogada del Estado de Brasil.
El Gobierno no ha explicado el motivo de la destitución de Osório, que era el abogado del Estado desde que Temer asumió el poder de forma interina en mayo, con el inicio del juicio político que llevó a la destitución de la ahora expresidenta Dilma Rousseff. Pero medios locales atribuyeron la salida de Osório de la Procuraduría −que tiene rango de ministerio en el Ejecutivo brasileño− a discrepancias con el jefe de gabinete de Temer, Eliseu Paldilha.
Este fue el cuarto cambio que realiza Temer en su gabinete, después de que tres ministros se vieron forzados a dimitir en las tres primeras semanas del Gobierno por sospechas de corrupción o de intentos de obstrucción a la Justicia.
Tras las críticas
Temer recibió duras críticas porque no incluyó a ninguna mujer en los puestos de primer nivel de su Gobierno, que tiene 24 carteras con estatus de ministerio, dirigidas hasta ahora únicamente por hombres blancos, en un país en el que el 50 por ciento de la población es mestiza.
Temer ya había nombrado a María Silvia Bastos Marques como primera presidenta del Banco Nacional de Desarrollo Económico y Social (BNDES), el banco de fomento del Gobierno.
Pero los críticos del abogado de 75 años, miembro del centroderechista Partido del Movimiento Democrático Brasileño (PMDB), ven en la composición del Ejecutivo un reflejo de las viejas élites de poder, a las que acusan de haber sacado a Rousseff y a su izquierdista Partido de los Trabajadores (PT) de forma ilegítima de la presidencia.
Altamente impopular
El juicio político contra Rousseff fue controvertido porque sus simpatizantes señalaban que las irregularidades fiscales por las que se la destituyó ya habían sido cometidas por otros Gobiernos. La exmandataria, además, acusa a sus adversarios políticos de misoginia y de haber orquestado un "golpe parlamentario" para destituirla.
Temer formó parte de la coalición gubernamental de Rousseff como vicepresidente desde 2011 y le volvió la espalda a la mandataria en marzo de este año para apoyar el juicio en su contra. Rousseff lo califica por ello de "traidor" y "usurpador". Las leyes brasileñas no prevén nuevas elecciones en caso de la destitución del jefe de Estado, sino que el vicepresidente asuma el cargo hasta el fin del mandato, en este caso en diciembre de 2018.
Temer es altamente impopular entre la población. En el país con la economía más fuerte de América Latina ha habido varias protestas callejeras contra el nuevo presidente en los últimos días.
RML (dpa, efe)