"Te voy a contar un cuento"
20 de marzo de 2006"E incluso aunque un día no se escriba o pueda escribirse o imprimirse ya, cuando no se disponga ya de libros como medios de supervivencia, habrá narradores que nos hablarán al oído, devanando otra vez las viejas historias: en voz alta o baja, jadeante o demorada, a veces próxima a la risa y a veces próxima al llanto", había dicho Günter Grass al recibir el premio Nóbel de Literatura.
El narrador oral
"Y de esta cita se hacen eco los organizadores del día internacional del narrador oral, del storyteller, del Geschichtenerzähler, detrás del cual no hay nada institucional, sólo una red creada por dos cuenta-cuentos suecos, que fueron convenciendo cada vez a más colegas de todas partes del mundo. Así hace tres años lograron instaurar un día internacional dedicado a la pasión de contar.
El mundo está lleno de historias. En las fórmulas, los billetes de tren y las calles están esperando ser encontradas… Algunas se han contado por siglos, otras se acaban de imprimir. Sé una pequeña parte de ellas y puedo contarla: delante de entre dos a doscientas personas, en casi cada lugar", reza el anuncio de Martin Ellrodt, el organizador de los eventos de esta jornada en Alemania. "Cuentos de la luna con música de órgano", "Magia lunar", "Caras de luna" o "La luna es redonda" son nombres de algunos de los eventos que tienen lugar un día antes del comienzo de la primavera.
Los encargados son narradores profesionales, que unidos por la red han estado intercambiando desde hace meses, textos e historias para pasárselas a su público. "La gana de escuchar y contar historias, tan antigua como el hombre, sigue viva en el tiempo del Internet. Incluso ha revivido", declara Ellrodt
Cuentos, cuentos
Este año en torno al tema de la luna, eventos en 25 países recuerdan a niños y grandes la magia de la narración, que se entiende como una reproducción de una historia independiente del texto escrito; un género por sí mismo, dicen sus defensores, tanto como el teatro o la ópera. Sin marco ni espacio definido, el narrador depende sólo de sí mismo. Y de sus oyentes. Cuentos, leyendas, cuentos de hadas, cuentos de abuelas, cuentos, cuentos…. "A diferencia del actor", dice Kristin Wardetzky una profesional cuenta-cuentos, "el narrador oral escoge su historia, como en lo cotidiano, e invita a su oyente a participar de su propia fascinación".
De profesión: narrador
A pesar de no tener nada institucional como plataforma, no son pocas las organizaciones que los apoyan. Así por ejemplo, la Asociación Europea del Cuento (EMG) agrupa a científicos, narradores y literatos de la más diversa índole unidos por una pasión: la narración. Esta asociación ofrece seminarios y formaciones con el fin de difundir no sólo los cuentos, sino la manera de contarlos. La intención es desarrollar los medios expresivos orales y librarlos de toda teatralidad, en una primera fase. En una segunda, se persigue el perfeccionamiento del arte y se profundiza en los conocimientos del cuento como género y en su significado.
."Cuenten, cuenten, el oyente se los agradecerá", dice Wardetzky, formadora de narradores, y añade: "El escalofrío que le recorre la espalda, la tensión, el tiempo que se detiene… ésos son momentos mágicos; por esos momentos mágicos merece la pena vivir". Al final, después de unos diez seminarios, se obtiene un certificado del EMG. Éste si bien no está reconocido estatalmente, ofrece un buen pretexto para sentirse con derecho a difundir historias, y un poquito de magia