Tarjetas de crédito: fácil botín
19 de noviembre de 2009España es uno de los destinos de vacaciones favoritos de los alemanes. Sin embargo, a la vuelta de un viaje, muchos de los turistas miran con más atención los comprobantes de cuentas bancarias que las fotos tomadas porque, a veces, en esos extractos se encuentran recibos de compras que nunca fueron realizadas por los propietarios de la cuenta. Alguien interceptó los datos de la tarjeta de crédito desde un liquidador de cuentas español y efectuó con ellos la compra de su vida. Además, gratis.
La cosa está que arde debido a que los clientes de bancos alemanes afectados se cuentan ya por cientos de miles. Los bancos ya han tomado cartas en el asunto. Con los datos robados es posible copiar las tarjetas de crédito y pagar con ellas, por eso los consorcios bancarios están intentado confiscar todas las tarjetas afectadas.
Un fraude gigantesco
Alrededor de 25 millones de tarjetas de crédito circulan en Alemania, la mayoría de ellas Mastercard y Visa. Si bien los bancos conocían desde hace mucho este tipo de robo de datos, no esperaban que este gigantesco fraude tuviera lugar.
Ahora que se conocen los primeros casos, los institutos financieros piden un freno de emergencia. La situación es seria porque una acción gigantesca para cambiar todas las tarjetas afectadas cuesta mucho dinero, - entre cinco y diez euros por tarjeta.
Coyuntura del fraude con el dinero de plástico
Actualmente, pagar con la tarjeta es una costumbre entre los cliente tanto en los centros comerciales, como en las compras a través de Internet. Especialmente es la compra on-line la que registra la cifra de robos más alta.
Según la Oficina Federal de Investigación Criminal, sólo este año los daños ascienden a 11 millones de euros. Otras fuentes aumentan la cifra mucho más. Así lo cuenta el “Bild-Zeitung” que, apoyándose en la consultora PaySys, afirma que el fraude asciende a 155 millones de euros.
Pero este tipo de robo no es nuevo en el mundo: a principios de año en EE.UU. clientes de 650 bancos norteamericanos fueron afectados por este tipo de fraude electrónico.
Ningún perjuicio para los consumidores
En cualquier caso, no debe cundir el pánico entre los clientes que encuentren en sus comprobantes bancarios datos de compras que no han efectuado. En la mayor parte de los casos, el dinero robado será reembolsado por las sucursales bancarias, siempre y cuando el cliente no haya actuado de manera imprudente.
Aún así, estos contratiempos dejan en evidencia a los bancos, que no se preocupan demasiado por la seguridad del dinero de sus clientes. A través de internet, quien compra con la tarjeta de crédito sólo tiene que introducir el número de la tarjeta y, como máximo, un código que está impreso en el reverso de la misma. No son requeridos números secretos, ni firmas. Eso le viene como anillo al dedo a los ladrones. Todavía se tiene confianza en las antiguas bandas magnécticas, en lugar de apostar por chips electrónicos que no se pueden leer tan fácilmente. Tampoco las nuevas tarjetas, que son frenéticamente distribuídas, poseen características de seguridad mejoradas.
Autor: Henrik Böhme / ASG
Editora: Emilia Rojas Sasse