T-MEC, ¿oportunidad o riesgo para México?
2 de julio de 2020"El día de hoy es histórico para la región de América del Norte", dijo la secretaria de Economía de México, Graciela Márquez, al entrar en vigor el miércoles (01.07.2020) el nuevo Tratado de Libre Comercio entre Estados Unidos, Canadá y México (T-MEC o USMCA). Éste renueva el acuerdo del TLCAN acordado en 1994.
Esto cimentará la integración de México en las cadenas de producción mundiales y creará seguridad jurídica para los inversionistas, dijo Márquez, aludiendo a las repetidas amenazas del presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, de acabar con el libre comercio en América del Norte.
"Ahora estamos protegidos de tales medidas unilaterales", dijo a DW Víctor Suárez, Secretario de Estado para la Seguridad Alimentaria. México también espera que el T-MEC le ayude a salir de la recesión poscoronavirus más rápido que otros países latinoamericanos. Pero el T-MEC es más que una renovación superficial del TLCAN, advierten los expertos. "Interfiere con la legislación ambiental y laboral local", indicó a DW el consultor de gestión Octavio Aguilar.
"A partir de ahora, los estadounidenses ejercerán una gran presión y controlarán los salarios y las condiciones de trabajo en México", opina Aguilar. Probablemente desaparecerán fenómenos como el trabajo infantil o la migración estacional de los trabajadores de la cosecha.
Mayor protección para los inversores
A mediano plazo, las condiciones económicas de los tres países se alinearán, pero el margen de maniobra de México también se reducirá. La protección de los inversores se reforzará aún más. Esto podría ser pronto notorio en la reciente controversia sobre las energías renovables. El presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, suspendió su expansión y en su lugar confía en las centrales térmicas operadas con petróleo del grupo estatal Pemex. Las inversiones estadounidenses en plantas de energía solar y eólica también se ven afectadas. Para Michael Sommers, Director General del Instituto Americano del Petróleo (API), se trata de una discriminación que, según T-MEC, pertenece al arbitraje.
Un bastión contra China
La tradicional función de México como puente diplomático en el mundo también se ve reducida. Por ejemplo, existe una cláusula en el tratado que da a los socios el derecho de "expulsar" al Estado que firme un acuerdo de libre comercio con un país que no cumpla los requisitos de una "economía de mercado". El presidente estadounidense quiere usar esa cláusula para frenar la influencia de China.
Esto se logra indirectamente también aumentando la cuota regional, lo que afecta principalmente a la industria automotriz. A partir de ahora, el 75% de las piezas de un coche deben ser producidas a nivel regional, de lo contrario existe la amenaza de una posible punición. Hasta ahora, sólo el 62,5% de las piezas fueron producidas en la región, el resto vino principalmente de China.
La industria del automóvil tiene ahora graves problemas con la reestructuración de las cadenas de producción, especialmente por el acero y el aluminio. El cambio se hace aún más difícil por los confinamientos debido a la pandemia. Eduardo Solís, expresidente de la Asociación de Automóviles (AMIA), asume que "actualmente sólo el 30% de los fabricantes de automóviles cumplen con los requisitos".
La asociación también asume que la relocalización hará que los coches sean más caros. Esto y la recesión a raíz de la pandemia deberían reducir las cifras de ventas. Los fabricantes y proveedores de automóviles ya están reduciendo su fuerza laboral al no renovar los contratos temporales u ofrecer la jubilación anticipada a los empleados de mayor edad. Los trabajadores mexicanos, cuyos salarios reales están estancados desde 1994, deberían ser los ganadores del nuevo acuerdo, dijo Aguilar.
Mejores salarios para los trabajadores
T-MEC fue la razón por la que en mayo de 2019 México llevó a cabo una reforma a la ley laboral que estaba pendiente desde hace mucho tiempo. Esa reforma acabó con el modelo de sindicatos corporativos que se remonta a la época posterior a la Revolución Mexicana hace unos 100 años, que inicialmente eran una extensión de la política partidaria, corrupta y no transparente, y desde la apertura por el TLCAN a menudo sirvió a los intereses corporativos.
Las violaciones reiteradas de las normas del derecho laboral y ambiental pueden presentarse ahora ante un panel; la carga de la prueba recae en el demandado y ya no hay posibilidad de que un país bloquee dicho panel. Los trabajadores mexicanos también esperan aumentos salariales, porque, según T-MEC, en siete años, como máximo, el 40% de los componentes de un producto debe provenir de sitios donde los trabajadores ganen al menos 16 dólares por hora, ocho veces más que la norma actual. Trump, por otro lado, cree que las empresas estadounidenses reubicarán la producción a EE.UU. por perder el beneficio de los bajos salarios mexicanos.
Incertidumbre para el sector informal y los agricultores
Bajo la presión de los EE.UU., México también debe tomar medidas más estrictas contra la piratería de productos en el futuro. Se trata de un arma de doble filo: por un lado, podría servir para quitarle a la mafia una importante fuente de ingresos, pero también pone en peligro a muchos puestos de trabajo en el sector informal, donde trabaja más de la mitad de los mexicanos.
"En la agricultura, T-MEC está cimentando el statu quo", dice Suárez. "El sector agroexportador está obteniendo seguridad en las inversiones, y el gobierno puede continuar su estrategia de agricultura ecológica en lugar de la industrial". Esto incluye la prevista prohibición del herbicida a base de glifosato de Bayer.
(gg/vt)
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