Sur de Líbano: residentes divididos entre quedarse o huir
A diferencia de la Franja de Gaza, hasta el momento no se ha producido ninguna escalada importante en el sur de Líbano. Aún así, miles de personas decidieron irse, mientras que unos pocos prefieren quedarse.
Familias libanesas enfrentan lo desconocido
Muchas familias libanesas de la región fronteriza han huido a otras partes del país por temor a una escalada en el conflicto entre Israel y el grupo terrorista palestino Hamás, o han sido evacuadas de posibles zonas de combate. En esta foto, Fátima juega a la sombra de un automóvil, delante de una escuela que ahora se usa como albergue para refugiados.
Refugiados sirios temen huir una vez más
Ali y su familia huyeron de Siria a la aldea libanesa de Bint Jbeil, cerca de la frontera con Israel. Ahora esperan no tener que vivir otra guerra. Según estimaciones, alrededor de 1,5 millones de refugiados sirios viven en Líbano. Las quejas de discriminación contra ellos aumentan en el contexto de la actual crisis económica.
Zainab y sus amigos felinos
La familia de Zainab vive en un olivar junto a la frontera israelí. A pesar de varios enfrentamientos militares entre el ejército de Israel y Hezbollah, clasificado como grupo terrorista por muchos países, la familia no quiere dejar su casa. Por el momento, la niña sigue yendo a la escuela y tiene tiempo para jugar con sus queridos gatos.
Haciendo pan y manakish
En la ciudad fronteriza de Bint Jbeil, muchos comerciantes cerraron sus negocios por precaución. En el pasado, la ciudad fue varias veces zona de combate y también estuvo dos veces bajo ocupación israelí, la última de ellas, entre 1982 y 2000. Durante la visita de DW reinaba una tensa calma: era hora de hornear pan y manakish, un tradicional plato de repostería relleno de queso o carne molida.
Hora de relajarse
Este anciano tampoco quiere abandonar Bint Jbeil. Su pipa de agua lo ayuda a descansar de la vida cotidiana y del peligro de un conflicto militar. Mientras tanto, Hezbolá ha anunciado su intención de compensar a la gente de la región fronteriza y pagar por la muerte del ganado o los daños a la propiedad.
Constantemente en alerta
Estos hombres se mantienen al día con los últimos acontecimientos en Gaza, Israel y Líbano. Uno de ellos nos dice que, mientras el conflicto siga limitado en gran medida a Gaza, se quedarán aquí. Muchos residentes tienen familiares en ciudades más al norte, como Sidón y Beirut, donde podrían encontrar refugio si fuese necesario. Esperan que la situación en casa no empeore.
Escuelas sin clases
Un grupo de niños y niñas juegan en la ciudad portuaria de Tiro, que ahora alberga a 16.000 personas que huyeron del sur de Líbano. Las instalaciones públicas, como las escuelas, sirven de alojamiento, pero eso no significa automáticamente que los niños refugiados puedan seguir estudiando. Huir de la amenaza de guerra en el sur de Líbano interrumpió por el momento su educación escolar.
La universidad como hogar temporal
Muchos estudiantes de Tiro se ven obligados a prescindir de sus programas educativos por el momento. Se suspendió la enseñanza en la universidad para dar cabida a los refugiados en sus instalaciones. Según estimaciones, más de 2.000 alumnos libaneses y sirios se encuentran entre los que buscan protección.
Aulas convertidas en salones
Este niño vive con sus padres y hermanos en el aula de una escuela de Tiro. Aunque la familia se asentó lo mejor posible, las condiciones de vida son arduas. Los refugiados en Líbano esperan ayuda de los donantes internacionales. La Unión Europea, por ejemplo, se comprometió a proporcionar 3,5 millones de euros en ayuda humanitaria.
Esperando ayuda
El desplazamiento interno de Líbano podría poner a prueba el ya frágil sistema de atención médica, advirtió la Organización Internacional para las Migraciones. El sector de la salud ya alcanzó los límites de su capacidad, afirmó el organismo. En los últimos días, alrededor de 500 desplazados internos llegaron cada día a Tiro, según un representante de la ciudad, y se espera que lleguen más.