Superliga: el dinero hace rodar la pelota
21 de abril de 2021Parece un montaje. Apenas dos días después de que doce clubes europeos de élite desafiaran a la UEFA al anunciar su propia Superliga, la mitad ya ha renunciado. Hay que tener mucha paciencia para entender las razones para dar marcha atrás de los seis mejores clubes ingleses: "Nunca fue nuestra intención causar tantos problemas", se disculpó el Arsenal FC. Y desde el Chelsea FC dijeron que han tenido "tiempo de replantearse el asunto".
Lo siento, pero es una pura mentira. No puede ser que los responsables de los mejores clubes hayan sido simplemente tan ingenuos. Tenían que haber tenido claro que su salida prevista de la UEFA desencadenaría un terremoto en el fútbol europeo. Las críticas llegaron de inmediato. Las reacciones subieron cada vez más de tono. El presidente de la UEFA, Aleksander Ceferin, amenazó a los fundadores de la Superliga con expulsarlos de la Liga de Campeones y a los jugadores de los clubes participantes de Inglaterra, España e Italia con que no podrán participar en la Eurocopa en verano. Incluso la Unión Europea, el primer ministro británico, Boris Johnson, y el presidente francés, Emmanuel Macron, condenaron los planes de la "docena sucia", como la prensa británica bautizó a los doce clubes.
La reforma de la Liga de Campeones
La afrenta al fútbol tradicional difícilmente podría haber sido peor. 15 de los 20 miembros previstos de la Superliga podrían participar siempre y, por lo tanto, garantizarse miles de millones en ingresos. Solo los cinco clasificados restantes podrían ascender y dejar de formar parte de la Superliga. Todo ello financiado por el importante banco estadounidense JP Morgan, sin tener que preocuparse por la FIFA, la UEFA y las federaciones nacionales, por no hablar de los aficionados. Para expresarlo en palabras de la actriz y cantante Liza Minelli: "El dinero hace girar el mundo". En este caso, la pelota.
La verdad es que esto no es nada novedoso. En comparación con la Superliga, la reforma de la Liga de Campeones, aprobada por el ejecutivo de la UEFA, parecía algo que apenas merece la pena mencionar. El aumento de 32 a 36 equipos a partir de 2024 fue un tema bastante controvertido. En el futuro, se otorgarán dos boletos a clubes que no se hayan clasificado para la competición, pero que hayan tenido un rendimiento superior a la media en la Copa de Europa en los últimos cinco años, es decir, a clubes de élite, pero con problemas. Esta medida no tiene nada que ver con el espíritu de la competición deportiva. La "nueva" Champions también tiene un solo objetivo: maximizar las ganancias.
Casi todos son ganadores
Y así, al final de estos dos turbulentos días y a excepción de los hinchas, todos los bandos ganaron. La UEFA se mostró como defensora del fútbol tradicional, al que en realidad ha estado pisoteando durante años. De paso, también logró que se aprobara su controvertida reforma, que casi pasó desapercibida en el estruendo de la Superliga. Los clubes que estaban previstos para la Superliga, pero que no participaron en el golpe contra la UEFA, como el FC Bayern, el Borussia Dortmund o el Paris St. Germain, ganaron prestigio. De repente, fueron elogiados por su modestia, a pesar de que a ellos también les preocupa sobre todo el dinero. ¿Y los alborotadores? Al final se recuperarán de haberse doblegado y avergonzado; a más tardar cuando hagan caja en 2025, después de la primera temporada de la Liga de Campeones con las nuevas reformas.
(rmr/ers)