Sudán: "La población confía en el Ejército"
11 de abril de 2019Las protestas que se iniciaron reivindicando precios más bajos para el pan se han transformado en un golpe de Estado. El Ejército ha destituido al presidente, Omar al Bashir, después de tres décadas en el poder. Pero los problemas de Sudán continúan tras el cambio de régimen. La situación económica sigue siendo difícil, el conflicto con la región de Darfur no está resuelto y la comunidad internacional quiere que el depuesto presidente asuma su responsabilidad por crímenes contra la humanidad. Annette Weber, experta en Sudán en la Fundación Ciencia y Política (SWP por sus siglas en alemán), explica qué está sucediendo en Sudán y qué perspectivas hay para el país.
Deutsche Welle: ¿Por qué es tan tensa la situación en Sudán?
Annette Weber: Las protestas comenzaron en diciembre de 2018. En aquel momento, la gente se manifestaba por el elevado coste de la vida. Pero en Sudán ha habido un régimen con un presidente que lleva más de 30 años en el poder. Un régimen que ha ido limitando progresivamente las libertades políticas. Al mismo tiempo, ha aumentado la represión contra la población. La situación es una combinación entre dirigentes que permanecen en el poder prácticamente de por vida, estructuras inamovibles que no ofrecen perspectivas a los jóvenes y una situación económica deteriorada.
¿Qué exigencias concretas tiene la gente hacia los dirigentes?
Al principio demandaban un plan concreto para el país y el final de las represiones. Pero enseguida comenzaron a reivindicar la dimisión del presidente y a reclamar la instauración de un Gobierno tecnocrático de transición apoyado por el Ejército. Los manifestantes no estaban pidiendo tanto una transformación del sistema político como la marcha del presidente, diciéndole directamente: "Lo único que puede hacer es marcharse”.
¿Por qué el Ejército le ha dado la espalda al presidente?
La población en Sudán tiene confianza en el Ejército. Además, entre los manifestantes siempre hay hijos o madres de militares. No se trata de gente que se enrole en partidos políticos opositores, sino de ciudadanos normales con parientes en el Ejército. Tanto las fuerzas de intervención del Gobierno, como la Policía y la mayor parte del Ejército han depuesto al presidente y se unirán para formar un Gobierno de transición. El único cuerpo de seguridad cuya reacción aún no sabemos con certeza es el servicio secreto.
La Corte Penal Internacional ha emitido una orden de captura contra Al Bashir por crímenes contra la humanidad en el conflicto con la región de Darfur. ¿Qué sucederá con él?
Esa es la gran pregunta. En las próximas horas veremos si permanece en Sudán o se marcha a otro país. En cuanto a la orden de arresto, supongo naturalmente que no viajará a Occidente o a otro país que pudiera extraditarlo a la Corte Penal Internacional.
A pesar de las acusaciones de la CPI contra Al Bashir, Sudán se había acercado a Occidente en los últimos años, por ejemplo con una cooperación entre los servicios secretos del país y Estados Unidos. ¿Peligra esta cooperación sin Al Bashir?
Muy al contrario. Supone más bien un gran alivio. Todas las acusaciones y las críticas de Occidente hacia Sudán tenían mucho que ver con la persona de Al Bashir. Creo que habrá mayores posibilidades en política exterior sin él.
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