Steinmeier: “Nuestra democracia es fuerte”

Las disputas políticas y sociales se han vuelto más ruidosas y enérgicas en Alemania este 2018. A menudo se habla de la división social y del distanciamiento entre políticos y ciudadanos. Las redes sociales muestran rabia. Con frecuencia no hay lugar para el debate o el intercambio.

“Se echan pestes, hay ruido e indignación”. El presidente federal alemán, Frank-Walter Steinmeier, puso el foco en la mayor dureza de estas disputas en su tradicional discurso navideño. Steinmeier dice tener “la impresión de que nosotros los alemanes hablamos cada vez menos los unos con los otros. Y todavía menos escuchamos al otro”. Y pide insistentemente mantener el diálogo, a pesar de que las opiniones difieran y surjan las disputas. Pues precisamente de eso se trata la democracia.

Compromiso a nivel individual

“¡Nuestra democracia es fuerte!”, dice el presidente federal. Lo ve a diario y millones de personas en Alemania se preocupan de que así sea. Incluso quien se involucra en su barrio, en alguna asociación o en la política local. E igualmente contribuyen a ello quienes trabajan en hospitales, residencias de mayores, en comisarías o en estacios de bomberos, también en fechas como las navideñas.

Steinmeier acompaña su convencimiento sobre la fortaleza de la democracia alemana con un recordatorio, que bien podría ser una advertencia: “Nuestra democracia es tan fuerte como fuerte nosotros la hagamos”. Para defender la opinión propia hay que respetar la del otro. “Acabar alcanzando un compromiso no es debilidad alguna; al contrario, nos honra. La capacidad de comprometerse es la fortaleza de la democracia”.

El extranjero como advertencia

Es la segunda vez que el presidente se dirige a los alemanes en un mensaje navideño. Al contrario que en el anterior, en este sí menciona otros países. “Lo que ocurre cuando las sociedades se dividen, cuando un lado no puede hablar con el otro tranquilamente, lo hemos visto en el mundo que nos rodea”.

Steinmeier habla de las “barricadas en llamas de París”, de las “profundas grietas políticas de Estados Unidos”, de los "miedos en Reino Unido de cara al ‘brexit’" y de los “desafíos de Europa en Hungría, Italia y otros lugares”. Los alemanes, "estando en el centro de Europa, no estamos aislados de tales desarrollos", subraya. De ahí su insistente llamada al diálogo, a permanecer unidos.

“Hablar más los unos con los otros”

“También en nuestro país hay incertidumbre, miedos, rabia”, advierte el presidente federal. Y por eso es tan importante en estos días que la gente hable entre sí. En las comidas navideñas, con familiares y conocidos. “¡Qué bien que discutimos, qué bien que hablamos los unos con los otros! Si pudiera pedir un deseo para mi país, sería ese: hablar más”.

"Todos" somos Alemania

Más que el ruido y la indignación de alguna gente, a Steinmeier le preocupa “el silencio de muchos otros”. Cada vez más gente “se aísla con sus semejantes, vuelve a una burbuja en la que todos tienen la misma opinión, también una opinión sobre quién no forma parte”. Contra esa exclusión, él reafirma: "todos formamos parte de este país, independientemente del origen, o del color de piel, del modo de vida, o de nuestro equipo favorito".

También Steinmeier –que no lo dijo en su discurso, pero sí su oficina unos días antes– se sienta en Navidad en la mesa con su familia. En Nochebuena visitan con su esposa, Elke Büdenbender, a su madre en la zona de Lippe. A solo unos kilómetros de donde nació, Detmold, en el noreste del estado federado de Renania del Norte-Westfalia. Y durante los días festivos también irán al hogar de Büdenbender, Siegerland, a unos cien kilómetros hacia el sur.

(eal/dzc)

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