Smart breeding: revolución en el cultivo de plantas
8 de julio de 2008El smart breeding ("Selection with Markers and Advanced Reproductive Technologies") funciona básicamente igual que el cultivo selectivo tradicional de plantas. Pero a diferencia de éste, los genes cuyas propiedades se quieren reforzar se identifican no a ojo, sino por medio de procedimientos moleculares.
A caballo entre el cultivo tradicional de plantas y la ingeniería genética, la nueva técnica de cultivo selectivo de plantas no sólo permite producir plantas con determinadas propiedades, sino también mucho más rápidamente que hasta ahora.
La ingeniería genética tiene mala fama en la opinión pública. Se teme que la inserción en las plantas de genes de otras especies, por ejemplo bacterias, tal como no es posible en forma natural, tenga como consecuencias inesperadas e indeseables, creándose verdaderos "monstruos biológicos" transgénicos.
Un transgénico (Organismo Modificado Genéticamente, OMG) es un organismo vivo creado artificialmente a partir de la manipulación de sus genes. La ingeniería genética aísla segmentos del ADN (el material genético) de un ser vivo (virus, bacteria, vegetal, animal e incluso humano) para introducirlos en el material hereditario de otro.
Por ello, para las plantas transgénicas se aplican estrictas regulaciones y complicados procedimientos de autorización, siendo necesario demostrar que no suponen riesgos ni para el ser humano, ni para los animales ni el medio natural.
Identificar específicamente genes
El smart breeding, por el contrario, se desarrolla básicamente igual que el cultivo selectivo tradicional de plantas. El objetivo es lograr descendientes naturales de líneas de cultivos con determinadas propiedades. El requisito es que se conozca el gen o determinada variación genética que transmita esa propiedad.
El smart breeding es el cruzamiento clásico de plantas elevado a un nivel más alto. En el cultivo selectivo clásico se cruzan dos plantas y entre los descendientes se eligen las plantas que han heredado las propiedades deseadas. La selección tiene lugar a partir del fenotipo, es decir, del ejemplar adulto de la planta.
Con procedimientos moleculares es posible, sin embargo, identificar específicamente los genes que aportan justamente esas propiedades. A partir de ello, en los descendientes de un cruzamiento puede determinarse ya a un nivel de desarrollo muy temprano si el gen en cuestión ha sido transmitido o no. Los criadores pueden analizar así en poco tiempo decenas de miles de cruzamientos y continuar cultivando solamente aquéllos portadoras del gen correspondiente. Ello ahorra tiempo y dinero.
Un pesticida natural
En Alemania acaba de desarrollarse con esa técnica un maíz resistente a la plaga del piral (Ostrinia nubialis). Las plantas de maíz disponen de una sustancia natural contra el piral, el benzoxayinoide DIMBOA. El problema: sólo las plantas jóvenes lo generan. En plantas adultas prácticamente no se halla presente.
En el Centro Científico Weihenstephan (WZW) de la Universidad Técnica de Múnich, investigadores de plantas analizaron detalladamente el mecanismo de defensa de las plantas. Con ayuda del análisis genético identificaron los genes que forman el DIMBOA. Luego buscaron variantes de maíz que poseen altas concentraciones de DIMBOA también en ejemplares adultos. Hallaron 26 y las criaron en invernaderos.
Luego de tres semanas quedó claro que dos de las líneas tenían una mayor resistencia al piral del maíz que las demás. El problema es que no rinden tanto como el maíz que se cultiva hoy normalmente. Ahora los investigadores están cruzando dos variedades de maíz: una con una gran resistencia a la plaga y otra de alto rendimiento. La nueva variedad, resistente y simultáneamente de alto rendimiento, estará a disposición de los agricultores ya dentro de pocos años.