''Siria: la pieza clave''

¿Vanas esperanzas?

El CORRIERE DE LA SERA, de Roma, escribe: "Existió la esperanza de que en la conferencia de Roma se lograra llegar a un alto el fuego en el conflicto entre Israel y el Líbano, tal como lo había exigido el primer ministro Promano Prodi, si bien no podría haber sido proclamado, ya que las dos partes en guerra estaban ausentes. También pareció posible definir mejor la misión internacional –aceptada en el ínterin por todas las partes–, tal como lo exigió Annan.

Se esperó también que la posición de EEUU fuera más clara, incluso que Condoleezza Rice hubiera presionado a Israel, mientras otros presionaban a Siria e Irán. Al final, hacer un balance de la conferencia es difícil, ya que no se fijó un horizonte temporal. (...) Ahora habrá que esperar para ver cuáles son los verdaderos resultados de la reunión."

Una cuña entre Siria e Irán

El semanario alemán DIE ZEIT, de Hamburgo, editorializa: "La pieza clave es Siria. Por ello, toda la diplomacia secreta se concentrará ahora, más allá de la simbólica conferencia de Roma, en la figura del joven dictador Bashar al Assad. Washington llevará a Damasco ofertas propias y de Israel, con el apoyo de París. El objetivo está claro: introducir una cuña entre Irán y Siria."

Contando proyectiles

El matutino SÜDDEUTSCHE ZEITUNG, de Múnich, analiza otro aspecto: "Más que las palabras deja en claro la muerte de los soldados en el puesto de observación de la ONU en qué campo minado se movería una nueva misión internacional en el Líbano, independientemente de quién ponga a disposición las tropas. (...) El sur del Líbano está minado porque las FFAA israelíes poca atención prestan a qué Estados pertenecen los soldados que molestan en el desarrollo de la guerra. Pero el terreno también está minado porque la milicia Hezbolá coloca sus cohetes Katiusha dirigidos a Israel pérfidamente también en las proximidades de observadores de la ONU, cuyo mandato hasta ahora no pasa de llevar un registro de los proyectiles caídos."

En absoluta penumbra

EL PAÍS, de Madrid, opina: "Aparte de buenas palabras, la conferencia de Roma ha dejado en absoluta penumbra las dos necesidades más apremiantes en el Líbano: un alto el fuego y el envío de una fuerza de pacificación. Nada se ha concretado sobre cómo conseguir el inmediato fin de un apocalipsis que dura 15 días, ni tampoco a propósito de la naturaleza, composición, mandato o momento de despliegue de los soldados internacionales. Así las cosas, todo apunta a que Israel tendrá tiempo, como quiere Washington, para conseguir limitar con su ofensiva la capacidad militar de Hezbolá y liquidar la consolidación de su base territorial en el sur de Líbano. Condoleezza Rice lo ha expresado en términos diplomáticos: las cosas en el Líbano deben quedar arregladas de manera que sea imposible una vuelta al statu quo anterior".