Siria: "Berlín debería apoyar a EE.UU. y Francia"
6 de septiembre de 2013Nicholas Burns fue subsecretario de Estado para Asuntos Políticos entre 2005 y 2009, siendo el tercero al mando del Ministerio de Exteriores de EE.UU. De 1997 a 2001 fue embajador de Estados Unidos en Grecia y de 2001 a 2005 embajador ante la OTAN. Actualmente es profesor de Diplomacia Práctica y Relaciones Internacionales en la Universidad de Harvard.
DW: La crisis siria y la discusión sobre la intervención contra el régimen de Assad por el presunto uso de armas químicas está durando mucho. ¿Se podría reconocer una postura común de la Unión Europea o es que la UE ni siquiera ha intentado buscar una posición común?
Nicholas Burns: Tengo la impresión de que los europeos están de acuerdo en un punto: la prohibición de el uso de armas químicas. Europa tiene un papel muy importante en cuanto a los acuerdos sobre armas químicas después de las guerras mundiales y durante la Guerra Fría. Tengo la impresión de que la mayoría de los países europeos rechaza que Assad haya empleado armas químicas contra la población civil. Un país europeo, Francia, ya ha mostrado su disposición a participar en una intervención militar con EE.UU. Por lo tanto, sí que hay apoyo por parte de Europa.
¿Pero conoce alguna posición común europea sobre sobre si una intervención militar sería buena o mala?
No, de eso no tenemos ni idea. Algo que refleja el patrón de los últimos 15 o 20 años. Es muy poco común que los países de la OTAN en Europa, Estados Unidos y Canadá coincidan con una posición a favor de utilizar la violencia. Fue así en el caso de Irak y en Afganistán al principio también. Francia y Gran Bretaña suelen estar dispuesto a asumir un papel protagónico. En este caso fue bastante decepcionante ver que el Parlamento británico no llegó a un acuerdo para que Gran Bretaña interviniese a la hora de aplicar el derecho internacional. Porque eso es exactamente lo que la misión de EE.UU. y Francia pretende hacer. Simplemente velar por la aplicación del derecho internacional en referencia al uso de armas químicas.
Que la Unión europea no alcance un acuerdo común en cuestiones de política exterior no es nada raro. Sobre todo en cuanto a las intervenciones militares. ¿Pero qué le parece el súbito cambio en Gran Bretaña a la hora de apoyar la intervención?
Es decepcionante. Pero creo que refleja la realidad de que en muchos de nuestros países, incluso en EE.UU., el ciudadano está cansado de la guerra después de una década desde el 11 de septiembre. Esto también quedó claro en el Senado estadounidense, cuando muchos indicaron que no podíamos permitirnos intervenir ni política ni financieramente en esta guerra en Oriente Medio. Pero el presidente Obama no propone una guerra, sino una serie de ataques aéreos dirigidos a garantizar el cumplimiento del derecho internacional y hacer desistir a Assad del uso de armas químicas contra su pueblo.
El presidente francés, Francois Hollande, insiste en que apoyará la intervención, aunque esta postura sea muy impopular en Francia. ¿Cuál es su motivación?
Muchos olvidan, incluso los estadounidenses, que Francia es un antiguo aliado nuestro. Francia ya participó en el siglo XVIII en nuestra revolución y nuestra guerra de independencia contra Gran Bretaña. Y en los últimos años, los franceses siempre mantuvieron una postura muy dura contra las ambiciones de armamento atómico del régimen iraní, al igual que ahora lo han hecho en el caso de Siria. Para mí, Francia se posiciona activamente para evitar la propagación de armas químicas y nucleares. Y creo que es una posición muy responsable y muy loable.
La forma de proceder del presidente Barack Obama en cuanto a la intervención militar en Siria también fue algo inusitada. La decisión de pedir apoyo en el Congreso vino después de que John Kerry abonase el terreno para la intervención militar. ¿Le sorprendió la forma de actuar de Obama?
Fue una decisión muy sorprendente. También creo que fue bastante arriesgada. Nuestra Constitución permite al presidente intervenciones militares limitadas sin que el Congreso tenga que otorgar su permiso. Otros presidentes como Reagan, Clinton o Bush usaron este derecho como procedía. Es arriesgado porque el tema depende ahora de un proceso político en Washington.
Además, también fue arriesgado al poner en juego la credibilidad de EE.UU. El presidente Obama dijo hace más de un año que actuaríamos si Assad utilizaba armas químicas. Y ahora ya sabemos que, por lo menos en dos ocasiones, lo ha hecho. Por eso es extremadamente importante enviar una señal a un dictador como Assad para que no pueda disponer de arma químicas contra ciudadanos inocentes como lo ha hecho. Tenemos que intimidarlo y hacerle desistir. Precisamente por eso fue arriesgada la decisión de Obama. Sin embargo, apoyo a Obama y su esperanza en que el Congreso apruebe la intervención militar contra Siria.
Usted mismo dice que existe una discusión muy viva sobre la intervención y que gira en tono a la pregunta de si conviene intervenir sin un plan posterior para Siria y si el haber cruzado la línea roja justificaría la acción militar. ¿Por qué apoya esta intervención?
Porque creo que es importante que utilicemos la violencia conveniente contra el ejército sirio para debilitar su artillería y su armamento aéreo y así evitar que pueda volver a usar armas químicas contra la población. Es un deber humanitario importante. Podemos salvar vidas en el futuro en Siria. Especialmente, si evitamos que Assad pueda ejercer ese tipo de violencia.
El presidente ruso, Vladimir Putin, amenazó con consecuencias en caso de una intervención militar. ¿Su opinión al respecto?
Creo que fueron declaraciones un tanto cínicas. Pero eso es bastante común en él y en el gobierno ruso. Miran hacia otro lado y no quieren ver que el gobierno sirio haya utilizado armas químicas. Su posición no ayuda mucho y va en contra del derecho internacional.
Alemania intenta hacer equilibrismo en la cuestión de Siria. Berlín se posicionó fuertemente en contra del uso de arma químicas pero también dejó claro que Alemania no participará en una intervención militar. ¿Qué le parece la posición de Berlín?
Alemana es un país tan importante –tanto en el plano global como en Europa – que sería loable que apoyase políticamente a Francia y EE.UU. Claro que es la misma Alemania la que tiene que tomar la decisión de intervenir o no. Creo que la canciller, Angela Merkel, anunció la no participación en la intervención. Por eso, por lo menos debería apoyar a Francia y EE.UU. como lo haría cualquier aliado.