Tras superar los 400.000 fallecidos por covid-19 en Brasil, nada invita a pensar que la situación vaya a mejorar a medio plazo. La agencia de salud vetó la entrada de la vacuna rusa Sputnik V y aún no autorizó los ensayos clínicos de una vacuna que ya se produce en Brasil, sin necesidad de importar sus componentes.