¿Sigue ardiendo la selva amazónica?
1 de octubre de 2019En septiembre, los satélites del Instituto Nacional de Investigaciones Espaciales INPE registraron 19.195 incendios en la Amazonía, un 22 por ciento menos que en septiembre de 2018. ¿Están los incendios, que provocaron tanta atención en el mundo durante semanas, ahora bajo control?
Según la activista ambiental Angela Maria Feitosa Mendes, el incio de la temporada de lluvias en gran parte de la Amazonía en los últimos días, ha reducido automáticamente los incendios. Mendes, hija del activista Chico Mendes, asesinado en 1988, vive en Río Branco, la capital del estado de Acre, uno de los principales focos de incendios de las últimas semanas.
En agosto, las imágenes de la selva amazónica en llamas dieron la vuelta al mundo. Mientras se contaban 31.901 incendios en la Amazonía, un 196 por ciento más que en agosto de 2018, el presidente Jair Bolsonaro respondió a la crisis con burlas y acusó, sin presentar ninguna prueba, a las organizaciones no gubernamentales y luego a los indígenas de complicidad en los incendios. Solo después de que la imagen de Brasil ya se había dañado a nivel internacional, el presidente reaccionó y desplegó a los militares el 23 de agosto. La misión de los soldados fue combatir los incendios y arrestar a quienes los provocaron.
Críticas al gobierno
Pero hasta en su propio país, el gobierno provocó más críticas que elogios. "Me parece que el gobierno ha invertido más esfuerzo en la maquinaria propagandística que en lidiar con los problemas más importantes", dijo a DW Carlos Rittl, de la plataforma no gubernamental Observatorio del Clima. "Puede ser que uno u otro equipo haya sido confiscado, y algunas personas hayan sido arrestadas. Pero esto no tiene nada que ver con el enorme problema creado por el gobierno mismo en primer lugar".
Rittl se refiere al fuerte aumento de la deforestación en julio (278 por ciento) y agosto (222 por ciento). Además, para el 19 de septiembre ya se había deforestado tanto terreno como en 2018 en todo el mes de septiembre. "Los crímenes seguirán sin una respuesta adecuada", dijo Rittl. "Se hacen campañas de propaganda para mostrar que la situación está bajo control. Pero no lo está", agrega.
El gobierno no contiene la deforestación
Rittl señala que los militares solo se utilizan para combatir los incendios, pero no para contener la deforestación. Y Angela Mendes no cree que los criminales se dejen disuadir por los militares. "No lo creo, sobre todo porque un puñado de militares no puede resolver los problemas de la Amazonía".
Tanto el gobernador de Acre como el presidente Bolsonaro animaron abiertamente a los agricultores de la región a deforestar, recuerda Mendes. "Y hay diputados que van al campo y les dicen a los agricultores que pueden deforestar, garantizándoles que no habrá multas".
De hecho, documentos publicados por el diario "O Globo" muestran que el número de multas impuestas por el Instituto Brasileño de Medio Ambiente (Ibama) se ha reducido a la mitad desde el inicio de la operación militar, en comparación con el año pasado. De todos modos, las multas solo tienen un escaso efecto disuasorio. Los estudios demuestran que solo el 1,5 por ciento de las multas son pagadas. La negativa a pagar prácticamente nunca conlleva consecuencias.
(gg)
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