Siete tesoros legendarios
Las leyendas sobre tesoros perdidos siempre han sido fuente de fascinación y dado pie a numerosas fantasías, teorías, libros y guiones cinematográficos, desde “La isla del tesoro” hasta las aventuras de Indiana Jones.
Atlántida, la ciudad de oro y plata
Cuenta la leyenda que Atlánida era la ciudad más poderosa de la Antigüedad hasta que se hundió en el océano hace 11.400 años. Desde hace siglos, investigadores y aficionados al buceo han buscado evidencias de su existencia. Y es que quien habló sobre su majestuosidad no fue un borracho en una taberna, sino un personaje histórico muy respetado: el filósofo griego Platón.
La Cámara de Ámbar
Esta reproducción, resguardada en el Palacio de Catalina, en San Petersburgo, deja intuir por qué la Cámara de Ámbar es descrita como la octava maravilla del mundo. Durante la Segunda Guerra Mundial, la cámara original fue robada y llevada por los invasores alemanes al castillo de Kaliningrado. Luego se perdió todo rastro de su paradero. Sólo algunos segmentos reaparecieron después de 1945.
El sacro tesoro de Lima
Al calor de la resistencia anticolonial, las autoridades de Lima decidieron resguardar sus tesoros –que incluían una estatua mariana de puro oro, adornada con 1.700 piedras preciosas– llevándolos a la isla del Coco, en el Pacífico. Esa leyenda inspiró a Louis Stevenson a escribir “La isla del tesoro”. Orson Welles (foto) dirigió una de sus versiones cinematográficas.
El Arca de la Alianza, simplemente divina
Su valor no se puede medir: se dice que, hace tres mil años, Dios mismo le encargó a los israelitas que la construyeran con madera de acacia. Se supone que fue en el Arca de la Alianza donde fueron transportadas las tablas de los Diez Mandamientos. Desaparecida hace 2.600 años, investigadores sostienen que ella puede estar enterrada bajo la Explanada de las Mezquitas, en Jerusalén.
El tesoro de los Nibelungos
En la leyenda germánica sobre el pueblo mitológico de los nibelungos se cuenta que en el fondo del río Rin, cerca de Worms, hay un tesoro esperando ser redescubierto: doce carretas llenas de piedras preciosas y oro. Numerosos aficionados al buceo se han lanzado a las aguas del Rín para buscar ese tesoro. Ninguno ha tenido éxito hasta ahora.
El Santo Grial, misterio y maravilla
Desde el siglo XII, cuando se popularizó la leyenda del Rey Arturo, se busca el Santo Grial. Se dice que de esa copa bebió Jesucristo durante la Última Cena, poco antes de ser crucificado, y que uno de sus seguidores recogió su sangre en ese recipiente. De ahí la importancia que se le concede a ese objeto. En la imagen, “La Última Cena”, tal como la pintó Leonardo da Vinci al final del siglo XV.
En algún lugar, al final del arcoíris...
Una leyenda habla sobre un hombre que intuye la existencia de un tesoro al final del arcoíris y termina siendo muy infeliz tras buscarlo infructuosamente. Un día, por pura casualidad, parado al final de un arcoíris, se da cuenta de que el tesoro que él buscaba es él mismo. Quizás sea eso lo que los buscadores de tesoros tienen en común: no buscan riqueza, sino que se buscan a sí mismos.