"Si no se concreta el acuerdo, la UE perderá credibilidad"
1 de febrero de 2023Hasta hace unos meses, muchos habían perdido la esperanza de que el acuerdo entre la Unión Europea (UE) y el Mercosur pudiera llegar a ponerse en práctica. El tratado, concluido en junio de 2019, después de veinte años de negociaciones, se estancó en punto muerto debido a la reticencia de países europeos como Francia, Austria e Irlanda a ratificarlo. Una de las razones fue el descontento con la política medioambiental del entonces presidente de Brasil, Jair Bolsonaro.
Pero la victoria presidencial de Lula da Silva en Brasil, así como la invasión rusa en Ucrania y la consiguiente escasez de materias primas en Europa, han hecho aflorar nuevamente el interés de la UE en cerrar el tratado.
Una nueva oportunidad
"Parece configurarse una coyuntura comparativamente más propicia que en el pasado para el acuerdo”, dice a DW Nicolás Pose, profesor e investigador de Economía Política Internacional en la Universidad de la República, en Uruguay.
Esta nueva dinámica se hizo muy visible durante la reciente visita del canciller alemán, Olaf Scholz, a los países miembros del Mercosur Argentina y Brasil, y los encuentros con sus homólogos, donde todos los mandatarios reafirmaron la importancia de concluir el acuerdo.
Si estas intenciones se convertirán en algo más concreto "depende en gran medida de la habilidad de los diplomáticos de encontrar la manera incorporar los intereses de ambas partes mediante declaraciones complementarias o memorandos de entendimiento, sin necesidad de reabrir el acuerdo entero”, señala, por su parte, a DW Detlef Nolte, investigador asociado del instituto GIGA en Hamburgo.
Declaraciones complementarias
Una de las declaraciones complementarias que está sobre la mesa es la negociación de un protocolo medioambiental adicional vinculante. Y es que, aunque en la versión de 2019 ya se habían acordado compromisos ecológicos, esta no incluía medidas de regulación de su cumplimiento.
Pero la Unión Europea no es la única parte que pone condiciones. "Lula también se ha posicionado al respecto, y quiere más protección para la industria nacional y no abrir completamente el mercado en las licitaciones públicas", dice Nolte.
China, el factor acelerador
Otro de los factores que ha hecho que la UE decida mover sus fichas en el proceso es la presencia económica de China en la región del Mercosur, a la que Nicolás Pose califica de "notoria". Muchos países latinoamericanos tienen ahora a China como su socio comercial más importante, tanto para las exportaciones como para las importaciones. Aunque Europa sigue estando en una buena posición en lo que respecta a las inversiones en Latinoamérica, sobre todo cuando se trata del futuro desarrollo del comercio de litio, China es un socio relevante.
Según el experto del instituto GIGA Detlef Nolte, "el año pasado Argentina aumentó sus exportaciones de litio en un 200 por ciento respecto del año anterior, y los tres principales clientes fueron China, con un 52 por ciento, Japón con un 31 por ciento, y Corea del Sur, con un 13 por ciento”.
Sin embargo, "no debemos olvidar a Estados Unidos, que también quiere recuperar el terreno perdido en América Latina”, añade el experto.
¿Ahora o nunca?
¿Será 2023 la última oportunidad para concretar el acuerdo?
"2023 nos ofrece una coyuntura favorable, y no sabemos cuándo vamos a estar ante una similar, si no se logra en esta oportunidad”, dice Nicolás Pose, de la Universidad de la República.
Detlef Nolte llega a una conclusión similar: "Si no funciona bajo estas condiciones favorables, no sé cuándo se hará. La Unión Europea tendría un problema de credibilidad: si, a pesar de posicionar a América Latina como aliado estratégico, no consigue que el acuerdo se firme y se selle, los latinoamericanos dejarán de creer en la UE.”