¿Será la ultraderecha la solución para la crisis italiana?
26 de septiembre de 2022El triunfo de Giorgia Meloni en Italia no sorprendió a nadie. Desde hace un año, la política derechista lidera los sondeos y era la única líder opositora al gobierno de unidad nacional, que el expresidente del Banco Central Europeo Mario Draghi había improvisado como primer ministro sin partido para guiar a Italia durante la crisis del coronavirus.
Draghi se rindió temprano. Las parlamentarias anticipadas cayeron como anillo al dedo a Meloni, que aprovechó el regalo. La política de 45 años pudo presentarse ante los electores como antisistema, y con mensajes populistas del estilo "los italianos primero", se ganó a los votantes ya cansados de liberales e izquierdistas.
Meloni, imagen renovada
El pasado posfascista de Meloni y su partido Hermanos de Italia juega un papel menor en este país, a diferencia de lo que pasa en el resto de Europa. Los electores consultados por DW tras los comicios no esperan ninguna revolución de ultraderecha, sino más bien pequeños -y quizás dolorosos- cambios en áreas de la política familiar, de los derechos de los homosexuales y del aborto.
Es probable que el panorama se torne especialmente complejo para los inmigrantes, que este año han arribado en grandes cantidades a las costas italianas. Meloni y su posible ministro del Interior, Matteo Salvini, quieren frenar por completo la admisión de refugiados, solicitantes de asilo y migrantes. Solo refugiados de guerra "reales" provenientes de Ucrania podrían tener todavía alguna posibilidad de acceder a ayudas.
Italia necesita el dinero de la UE
Las encuestas muestran que los italianos esperan que el nuevo gobierno baje la alta inflación, los impuestos y los precios de la energía. Sin embargo, los partidos de derecha apenas insinuaron recetas para enfrentar esos desafíos. Dada la inminente recesión, Meloni no ve con buenos ojos un aumento de la deuda pública, que ya llega a un astronómico 150 por ciento del PIB. Si los intereses de la deuda siguen aumentando, Italia podría encontrarse ante una auténtica crisis financiera que tendría enormes consecuencias para la Unión Europea, considerando que Italia es la tercera economía de la eurozona.
La coalición de derecha está de acuerdo en seguir recibiendo las subvenciones y préstamos ofrecidos por la UE a propósito de la pandemia del coronavirus, que en el caso de Italia suman 200.000 millones de euros, ayudas que Giorgia Meloni y los suyos necesitan con urgencia. Solo por ello, dice Lutz Klinkhammer, experto en Historia Italiana del Instituto Histórico Alemán, el nuevo Ejecutivo no tomará un curso de colisión con la UE.
El tema ruso estaría zanjado
Meloni, que hace unos años comparó a la UE con la URSS y la acusó de querer esclavizar a Italia, ahora tiene un tono menos beligerante. Durante la campaña prometió que cumpliría las reglas de la UE. Pero también dijo en sus discursos que defenderá mejor los intereses de Italia ante Bruselas. Como precaución, la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, ya advirtió que cuenta con los "instrumentos" necesarios para disciplinar a Italia en caso de que se desvíe del camino comunitario.
En principio, no se esperan grandes cambios a nivel de política exterior. Meloni ha condenado claramente la invasión rusa a Ucrania, ha apoyado las sanciones contra Rusia y las ayudas para los ucranianos. Eso, empero, no parece tan claro en el caso de los otros miembros de la coalición. El derrotado socialdemócrata Enrico Letta dijo durante la campaña que "si gana la derecha, Putin será de los primeros en celebrar".
Es inminente la próxima crisis de gobierno
Seguramente Meloni no tendrá mucho tiempo para implementar su programa populista. En el muy inestable sistema político italiano un gobierno dura, en promedio, entre 15 y 18 meses.
Además, el electorado no tiene problemas con los cambios radicales cuando algo no les gusta. Hace cuatro años, el izquierdista Movimiento Cinco Estrellas (M5E) ganó con mejores números que los obtenidos por Meloni este domingo. Ahora el M5E parece desinflado y perdió la mitad de su electorado, algo similar a lo que le ocurrió a La Liga, de Salvini. Italia y Europa tienen por delante tiempos políticamente interesantes y posiblemente muy turbulentos.
(dz/cp)