Champions League: Alemania domina en la estrategia
18 de agosto de 2020Es la peor pesadilla de cualquier jugador. Trabajas durante toda tu infancia para triunfar en el deporte profesional, solo para ver que tu carrera termina prematuramente a causa de una lesión. Esa pesadilla se hizo realidad para Hansi Flick, Thomas Tuchel y Julian Nagelsmann.
Como entrenadores, los tres alemanes harán historia esta semana: se convertirán en el primer trío de un mismo país en llegar el mismo año a las semifinales, desde que la Copa de Europa se convirtió en la Champions League en 1992. Flick, Tuchel y Nagelsmann tienen a su cargo clubes muy distintos, pero sus historias tienen mucho en común, además de la nacionalidad.
Flick es el mayor en términos de edad, aunque no es el más experimentado como entrenador de clubes de nivel mundial. Como jugador, tuvo la carrera más larga e ilustre de los tres. Participó en casi 200 partidos de la Bundesliga, antes de verse obligado a colgar los botines a los 29 años de edad.
En esa etapa ya había ganado la liga cuatro veces con el Bayern y disputado una final de la Copa de Europa.
Mientras Flick, ahora de 55 años, jugaba en la derrota de su club ante el Oporto, en 1987, Tuchel estaba a punto de dar el paso hacia el equipo juvenil de Augsburgo. Pero no logró descollar, y pronto se iría para encontrar un puesto como titular en el SSV Ulm de la liga regional. Justo cuando había comenzado a progresar, una lesión en la rodilla obligó a retirarse, a los 25 años. Fue aún más difícil para Nagelsmann: problemas en la rodilla forzaron el fin de su carrera, cuando todavía estaba en las juveniles del Augsburgo.
"Sentí y pensé en ese entonces que había desperdiciado toda mi juventud, que todo había sido en balde. Fue algo terrible", le dijo el entrenador del RB Leipzig al sitio Joe.co.uk, hace un par de años.
Empezando de nuevo
Nagelsmann, ahora de 33 años, tomó cursos de Administración de Empresas y Ciencias del Deporte, mientras luchaba por aceptar la pérdida de lo único por lo que había luchado. Pero el hombre que se encontrará en la primera semifinal del martes le ofreció un camino de regreso al juego.
Tuchel entrenaba al equipo de reservas del Augsburgo en 2007-2008, y necesitaba a alguien que analizara a sus oponentes. Tuchel recordó el agudo pensamiento futbolístico de Nagelsmann durante su breve tiempo juntos en el club. "Esa fue mi forma de entrenar", dijo Nagelsmann más tarde. "Aprendí mucho de él."
Tuchel fue igualmente elogioso sobre Nagelsmann, a quien describió como "muy meticuloso", algo que le sirvió bien en el curso de Fussball Lehrer (Profesor de fútbol) impartido por la Federación Alemana de Fútbol (DFB), que completó en 2013. Nagelsmann terminó segundo en su clase detrás del exentrenador del Schalke, Domenico Tedesco, que ahora dirige al Spartak de Moscú. Tuchel y Flick también son graduados, al igual que Jürgen Klopp, que alcanzó las dos últimas finales de la Champions League.
El curso de 10 meses ofrece a los entrenadores en ciernes la oportunidad de obtener la Licencia Pro de la UEFA, la insignia de entrenador más alta disponible en Europa y el requisito mínimo para trabajar en las tres principales divisiones de Alemania.
Pero con exámenes escritos y prácticos, sesiones de entrenamiento simuladas y más de 800 horas de cursos (la UEFA requiere solo 240 horas), es probablemente la prueba más rigurosa que reciben los futuros estrategas del fútbol en cualquier parte del mundo.
Mientras Tuchel y Nagelsmann se dieron a conocer como técnicos en Maguncia y Hoffenheim después de entrenar a fuerzas juveniles -otra característica notable del modelo de formación de entrenadores en Alemania-, Flick tomó un camino menos transitado.
Después de que terminó su carrera como jugador profesional, jugó durante un tiempo con el Victoria Bammental en el circuito amateur, antes de asumir el rol de entrenador. Su tiempo allí incluyó un descenso, pero llamó la atención del cercano Hoffenheim, que acababa de comenzar un viaje que lo llevaría de las oscuras ligas regionales hasta la Bundesliga y la Champions League, en gran parte gracias al respaldo financiero de Dietmar Hopp.
Aprendiendo el oficio
Luego de una fase trabajando con Giovanni Trapattoni en el Red Bull Salzburg, etapa que demostró ser decisiva en el desarrollo de sistemas defensivos, Flick comenzó a perfeccionar en la selección alemana el estilo de "pressing ofensivo" que con el Bayern Múnich actua roza la perfección.
Flick se unió al personal de la selección de Alemania después de la Copa del Mundo de 2006, y estuvo al lado de Joachim Löw cuando la "Mannschaft" ganó el trofeo en 2014, después de lo cual se convirtió en el director deportivo del equipo nacional de Alemania. Quedó en un segundo plano, pero aprendiendo constantemente.
Esa sólida formación rinde hoy frutos. Flick asumió como entrenador del Bayern tras el cese de Niko Kovac, y convirtió al club en favorito para la ganar la Champions League. Pero no son solo las innovaciones tácticas las que han marcado la diferencia en la trayectoria de Flick.
"Es un ser humano muy valioso y tiene un gran respeto hacia nosotros", dijo Jerome Boateng, quien, junto con su colega ganador de la Copa del Mundo de 2014, Thomas Müller, ha redescubierto su forma con Flick. "Hansi es muy respetuoso y profesional con nosotros los jugadores, con los que juegan y los que no juegan. Hace que todos se sientan importantes en el equipo. Y eso es muy importante para un club como el Bayern".
Ese entendimiento con los jugadores también ha sido un factor clave para Nagelsmann: "Creo firmemente que si quieres ser un entrenador exitoso, la empatía y el cuidado de la persona detrás del jugador es de mayor importancia que cualquier aspecto táctico", dijo una vez.
Las relaciones importan
La empatía fue una de las cualidades demostradas por Thomas Tuchel en el Borussia Dortmund, después del atentado con bomba contra el club, en 2017. Si bien el ataque expuso grietas en su relación con la dirigencia del club, que finalmente llevarían a su partida, sus jugadores siempre se refirieron a Tuchel en los mejores términos. Pero controlar los egos en un club como el PSG es otro asunto.
El encuentro entre Leipzig, respaldado por Red Bull, y el PSG, con dueños de Qatar, enfrentará los enfoques tácticos ligeramente distintos de los entrenadores alemanes, en lo que debe ser un partido muy atractivo. Nagelsmann es partidario del "pressing" y de forzar al oponente a cometer errores en su propio sector defensivo.
Y, si bien Tuchel también es un defensor del estilo que ha llegado a definir el fútbol alemán moderno, las demandas particulares del PSG han significado que a veces el club se vuelva demasiado dependiente de sus estrellas, particularmente de Kylian Mbappé y Neymar. Esto le resta al SPG algo de la cohesión que exhibe a menudo el Leipzig dirigido por Nagelsmann.
Pase lo que pase, uno de esos dos alemanes estará como técnico en la final de la Champions League. El otro, Flick, se enfrentará con el Bayern al Olympique de Lyon, dirigido por Rudi García, entrenador francés de origen español.
Naturalmente, "me alegro por Thomas y también por Julian", dijo Flick. "Yo mismo sé lo que se siente llegar a las semifinales. Estos son los mejores clubes de Europa."
Es cierto. Pero ninguno de los tres entrenadores alemanes se quedará satisfecho con otra cosa que no sea ganar la final de Lisboa.