Seguridad: el precio de la libertad
17 de abril de 2013“La situación en cuanto a seguridad no ha cambiado en Alemania”, asegura el ministro federal del Interior, Hans-Peter Friedrich. Según él, en este país no es necesario plantear la necesidad de un endurecimiento de las medidas de seguridad luego de los atentados en el maratón de Boston. Si bien existe un “peligro abstracto”, no hay indicios concretos de amenaza a la seguridad de los ciudadanos, afirma Friedrich.
También el experto en terrorismo de la emisora alemana ARD, Holger Schmidt, aconseja moderación. “No hay pruebas aún de que el atentado en Boston se pueda adjudicar a grupos terroristas islámicos”, asegura. Si se toma en cuenta la historia de los atentados terroristas en EE. UU. en los últimos diez años, es posible, según él, que los responsables tengan un trasfondo de extrema derecha, o que pueda tratarse del acto de una persona desequilibrada.
La seguridad completa no existe
En Alemania, la lucha contra el terrorismo se lleva a cabo en diferentes niveles. En la Oficina de Protección a la Constitución hay 2.700 empleados encargados de prevenir actos de terrorismo fundamentalista islámico. A eso se suma la defensa contra el espionaje, el ciber espionaje y la lucha contra el extremismo político.
La Policía de cada estado federado es la responsable de la seguridad durante eventos importantes, y si no cuenta con suficiente personal, pasan a colaborar las fuerzas de la Policía Federal, o la de los estados vecinos.
De acuerdo con la opinión casi unánime de expertos en seguridad, es imposible prever ataques como los sucedidos durante el maratón de Boston. El experto en Interior de la Unión Social Cristiana (CSU) de Baviera, Hans-Peter Uhl, abogó en ese contexto una vez más por las ventajas de un archivo preventivo de datos. Si bien el hecho de recabar datos no puede evitar un acto terrorista, es un elemento de suma importancia en el concepto general del combate a la criminalidad, dijo el ministro a la emisora Deutschland Funk.
Ese punto de vista fue criticado como una reacción apresurada por el encargado de seguridad del Partido Socialdemócrata alemán (SPD), Dieter Wiefelspütz, en conversación con Deutsche Welle: “Todavía ni siquiera sabemos si los responsables del atentado en Boston utilizaron técnicas de comunicación. Por eso, creo que es inadmisible instrumentalizar así a Boston y sacar conclusiones apresuradas en torno al debate interno de seguridad en Alemania”.
El precio de la libertad
Si bien Alemania quedó a salvo de grandes ataques terroristas en los últimos años, se produjeron amenazas concretas, subraya el experto en terrorismo Holger Schmidt, y recuerda las valijas con material explosivo halladas en un tren regional que iba desde Colonia hasta Coblenza, en 2006. Asimismo, se refirió a la llamada “Célula de Sauerland”, un grupo terrorista descubierto en 2007, así como al atentado en el Aeropuerto de Fráncfort, en 2011.
En suma, “los éxitos en cuanto a la lucha contra el terrorismo islamista demuestran que, por un lado, tuvimos suerte, ya que las valijas hubieran explotado si los terroristas las hubieran construido correctamente”, dice Schmidt. “En el caso de la Célula de Sauerland, se trató también de un buen trabajo de investigación. Y en cuanto al terrorista Arid Uka, un albanés de Kosovo que mató a dos soldados estadounidenses e hirió a dos más gravemente durante un ataque en el Aeropuerto de Fráncfort en 2011, vemos que hasta el mejor organismo de seguridad puede fallar si no cuenta con indicios de que una persona decide, un día cualquiera, realizar un atentado”, añade el experto.
Para el diputado Omid Nouripour, portavoz de Seguridad del partido Los Verdes en el Parlamento, los atentados en Boston no estaban dirigidos ni a la ciudad ni al maratón. Según él, es un ataque a la sociedad democrática y libre en la que tienen lugar ese tipo de eventos, y por eso advierte sobre medidas como elevar el nivel de vigilancia: “No se puede responder a un atentado como ese, en una sociedad libre y abierta, con medidas restrictivas para los ciudadanos, y convertir al país en un Estado policíaco. Así, habrían ganado justamente quienes llevaron a cabo el ataque, ya sean extremistas de derecha, de izquierda, islamistas u otros con otro tipo de motivación, y eso no lo podemos permitir”, subraya el parlamentario. Dieter Wiefelspütz también cree que eso tendría consecuencias: “Medidas de seguridad en eventos deportivos o culturales masivos harían imposible la vida social en Alemania”.
Autor: Martin Koch/ Cristina Papaleo
Editora: Emilia Rojas-Sasse