Segundo programa de ayuda a la economía
15 de diciembre de 2008Siete horas se reunieron el domingo 30 altos representantes del sector privado, bancos, sindicatos y economistas con el equipo económico del gobierno en la Cancillería Federal. Poco a poco se van conociendo detalles de lo hablado y pactado.
Claro quedó que el gobierno cuenta con una caída del producto interno bruto de hasta un dos por ciento en 2009. Ello supone un aumento de la desocupación y de los gastos en asistencia social, al tiempo que una drástica disminución de la recaudación impositiva: una constelación más que preocupante.
Para salirle al paso a ese escenario, Michael Glos, el ministro de Economía, anunció decisiones a fines de enero con respecto a un segundo paquete de medidas para dar nuevos impulsos a la economía. Si bien no se han filtrado detalles, todo parece indicar que el Gobierno podría decidir invertir en infraestructura. El primer paquete, para hacer frente a la crisis financiera, consistió sobre todo en la concesión de garantías estatales para devolver la confianza en el sector bancario y agilizar el crédito.
Que el nuevo paquete, para proporcionar impulsos a la economía productiva, no se anuncie ahora tiene que ver con que el Gobierno alemán quiere esperar a ver qué medidas toma la nueva Administración del presidente Barack Obama en los Estados Unidos. Hasta ahora, Alemania ha descartado grandes programas de inversiones públicas. También ideas algo extrañas, como la de repartir bonos para alentar el consumo, no han pasado de la mera especulación. Tampoco una reducción pasajera del impuesto al valor agregado (actualmente del 19 %) cuenta con las simpatías del gobierno, que no quiere perder ingresos.
Medidas contra el desempleo
En otras palabras, Alemania toma la actual crisis con relativa calma. Ello le ha valido duras críticas del Nobel de Economía 2008, Paul Krugmann, que echó en cara al Gobierno alemán "actuar demasiado pasivamente".
Ello no ha inmutado hasta ahora a Angela Merkel, la canciller federal. El Gobierno alemán decidió crear, no obstante, de inmediato dos grupos de trabajo, uno sobre el tema empleo y el otro sobre el tema mercado financiero. La canciller federal llamó a todos los actores económicos a cerrar filas. También el vicecanciller y ministro de RR. EE., Frank-Walter Steinmeier, resaltó "la responsabilidad conjunta del gobierno, el sector privado y los sindicatos".
Estos últimos salieron conformes de la reunión después de escuchar de boca de las patronales que se hará todo lo posible por evitar despidos el año próximo. Para ello las empresas recurrirán a la reducción de los horarios de trabajo (sin compensación de sueldo) y el envío de los trabajadores a cursos de perfeccionamiento profesional. También el Gobierno planea lanzar un programa de cualificación en parte con financiación de la Unión Europea.
Los sindicatos advirtieron que las medidas deben tomarse rápidamente, ya que de lo contrario el número de desocupados, actualmente de algo menos de 3 millones (tasa de desocupación: 7,1 %) podría aumentar en hasta un millón.
Inversiones comunales en escuelas e Internet
El jueves (18.12), Angela Merkel se reunirá además con los jefes de Gobierno de los Estados federados para conversar sobre un programa inmediato de inversiones comunales. Como posibles sectores de inversión se mencionan la educación, particularmente la modernización de escuelas y guarderías infantiles, y el tendido de conexiones de Internet de banda ancha en áreas rurales.
Otro tema central de la reunión fue que muchas empresas se quejan de no recibir créditos en volúmenes suficientes. Consenso existió en que, efectivamente, el mercado de capitales como fuente de financiación tiene claros déficits. Los bancos continúan prestándose poco dinero entre sí, a pesar de las garantías estatales concedidas por el Gobierno, y el sector privado tiene dificultades para financiar inversiones. A diferencia de medidas estatales tomadas en otros países para asegurar el flujo de créditos, el Gobierno alemán quiere conversar primero con el sector bancario para desbloquear la situación.
Por su parte, los bancos advierten al Estado de no tomar mucho crédito en el mercado de capitales. Una expansión de la toma de créditos por parte de los Estados en todo el mundo puede crear cuellos de botella para el sector privado, ya que la solvencia estatal hace que automáticamente se redoblen las exigencias para la concesión de créditos al sector privado. No obstante, los programas coyunturales estatales sólo pueden ser financiados con un nuevo endeudamiento del sector público: mucho tacto será necesario para no alterar tan delicado equilibrio.