Se retrasa el reparto de refugiados en la UE

Hay pocos temas tan cargados en la Unión Europea como la acogida obligatoria de refugiados. Sin embargo, desde 2016 no ha habido progresos en la reforma planeada del llamado reglamento de Dublín. Este ha fracasado hasta ahora en su mecanismo de crisis, por el que los países de primera llegada (como Grecia, Italia o España) pueden trasladar a una parte de los refugiados cuando estén desbordados por las nuevas llegadas. Estas personas deberían ser recibidas, según ciertas claves de reparto, por el resto de países de la UE. Pero algunos de ellos, sobre todo Polonia y Hungría, así como Austria después del cambio de Gobierno, rechazan categóricamente este mecanismo.

Dejar de lado la redistribución

Ahora la reunión de ministros quiere dar vuelta a dicho procedimiento. Antes deben acordarse todos los detalles pendientes, dice el ministo del Interior alemán, Thomas de Mazière. Las reformas del sistema de huella dactilar e identificación Eurodac y la agencia de asilo ya están listas. Quedan cinco temas en los que Alemania tiene un gran interés. Se trata de la reforma de la protección fronteriza común, la armonización de las condiciones de asilo y las reglas para el reconocimiento. A este respecto debería haber cambios, así como en relación con la reagrupación familiar. De Maizière llevará una propuesta al Parlamento Europeo que pretende ampliar los derechos en esto último.

Una vez que se pongan de acuerdo en los detalles, habrá que abordar el principal punto de fricción: la acogida obligatoria de refugiados. "Alemania sigue comprometida con esto”, dice de Mazière,  pero tiene sentido hacerse cargo primero de los paquetes más pequeños, antes de atar el conjunto.

¿Decisión por mayoría, retraso o pago?

El ministro del Interior no quiere descartar explícitamente que finalmente podría someterse a la decisión de la mayoría, de nuevo en contra de Polonia y Hungría, y ahora probablemente también Austria. Pero en cualquier caso eso queda como "solución nuclear”, porque profundizaría en las divisiones en el seno de la UE. "Las cuotas no son buenas”, afirmó el ministro del Interior eslovaco, Robert Kalinak.

De Mazière subraya por el contrario que las decisiones por mayoría también se dan en otras áreas de la UE, y son completamente normales. Lo cual, sin embargo, no ocurre con el reparto. Ya en la primera ronda lo rechazaron Hungría y Polonia. El proceso en el Tribunal de Justicia de la UE lanzado por la Comisión Europea contra Hungría, Polonia y Chequia sigue en marcha. El tribunal puede imponer una multa, pero no puede ordenar la acogida de refugiados. En términos fácticos, las cuotas no son fáciles de poner en práctica.

Queda abierta la opción de pago: los europeos del Este que no quieran participar pagarían una determinada suma o contribuirían en mayor medida a la protección fronteriza y otras tareas. O quizás haya una reforma a medias de las reglas de Dublín y la cuestión de la distribución se quede sin resolver, lo cual se encontrará con la resistencia de los países del sur de Europa.

Austria, en el camino duro

El nuevo ministro de Interior austríaco, Herbert Kickl, no respondió directamente a las preguntas sobre la redistribución. Sin embargo, dijo que el problema casi se resolvería por sí solo de poder perfecionarse la protección de las fronteras exteriores. No volvería a llegar un flujo masivo de refugiados como en el pasado. Kickl quiere que las negociaciones sobre las regulaciones de Dublín se centren en las expulsiones y la lucha contra los traficantes de personas. El ministro de Viena no deja lugar a la duda sobre cuáles serán las cartas de su Gobierno en la cumbre de países de la Unión.

Autora: Barbara Wesel, desde Sofía (EAL/EL)