¿Se avecina una ola de quiebras en Alemania?

Pan, panecillos, pasteles y tartaletas: "Somos una panadería artesanal clásica donde se vende lo que sale del horno", así anuncia Tobias Plaz su negocio en Eutingen, un pueblo al suroeste de Stuttgart. La empresa familiar existe desde 1890, y Plaz es un maestro panadero de cuarta generación. El año pasado reformó por completo su tienda; a través de un cristal, los clientes pueden ver desde el mostrador cómo se hornean los productos en la parte posterior.

Pero en la actualidad, Tobias Plaz ya no sabe cómo puede seguir llevando su negocio de forma rentable. A finales de agosto recibió una carta de su proveedor de gas. En lugar de pagar algo menos de diez céntimos por kilovatio hora de gas, ahora tiene que pagar algo menos de 35 céntimos. Solo en la empresa se utilizan unos 80.000 kilovatios hora de gas para calefacción y agua caliente. La facturación del presupuesto mensual del proveedor de gas pasará de 721 a 2588 euros a partir del 1 de octubre de 2022. Esto ni siquiera incluye los gastos de energía del horno. Pero Plaz aún tiene un contrato de gas vigente en las antiguas condiciones hasta finales de año.

Aumento del 360 por ciento en el coste del gas

Los hornos consumen 120.000 kilovatios hora de gas al año. Si el panadero tiene que pagar además 35 céntimos por kilovatio hora a partir de 2023, las cargas volverán a aumentar enormemente. "Queremos compartir esta información con utedes para que puedan entender que tenemos que ajustar los precios de nuestros productos de panadería", escribió el panadero en Facebook e Instagram, donde publicó una foto de la notificación de su proveedor de gas con los nuevos pagos de las cuotas.

Los precios de la electricidad y los costes de las materias primas también aumentarán, escribe, y añade: "¿Dónde acabará esto? Queridos políticos de Stuttgart y Berlín, ¿cuándo despertarán por fin y serán razonables?"

Insolvencia: una de cada tres empresas en riesgo

Una llamada de atención que, al parecer, no fue escuchada por el gobierno federal en un primer momento. El paquete de ayudas que acaban de acordar los socialdemócratas (SPD), los Verdes y los liberales (FDP) se dirige principalmente a los particulares, las empresas quedan en gran medida al margen. La respuesta de las asociaciones empresariales fue correspondientemente negativa. Siegfried Russwurm, Presidente de la Confederación de la Industria Alemana (BDI), habló de "considerables deficiencias y huecos en el paquete de ayuda" para las empresas.

"Todos los días recibimos llamadas de emergencia de empresas que están a punto de cerrar su producción, también porque estos enormes aumentos del precio de la energía ya no pueden compensarse con subidas de precios", advierte por su parte Hans Peter Wollseifer, presidente de la Confederación Alemana de Artesanos, en una entrevista a un periódico. Según él, la dinámica en las quiebras es mucho peor que en las fases altas de la pandemia de Corona.

Mientras tanto, el ministro de Economía, Robert Habeck, ha anunciado más apoyo a las empresas. "Protegeremos a las empresas alemanas y a las PYME alemanas", dijo en el Bundestag. Se prevé una ayuda financiera para el otoño y el invierno, y un "paraguas protector" para las empresas, comparable a la ayuda prestada en la pandemia del coronavirus. Ya en octubre, las empresas que reduzcan su producción para ahorrar gas deberán ser compensadas económicamente. "El ataque de Putin también está dirigido a nuestro sistema económico", dijo Habeck, refiriéndose a la guerra desatada por el presidente ruso en Ucrania.

(gg/ers)