Schwarzenegger a la carga
8 de agosto de 2003En Suiza, el periódico Tages Anzeiger, de Zurich, comenta: "En ninguna parte está escrito que los actores deban ser peores políticos que , por ejemplo, los abogados o economistas. Al fin y al cabo, en 1980 otro actor de Hollywood llegó a ser incluso presidente de Estados Unidos: Ronald Reagan, quien también había sido gobernador en Sacramento. (...) Hace ya tiempo que Estados Unidos no es la única nación en cuya política a menudo pesa más la apariencia que el ser. Sin embargo, el asunto se vuele peligroso cuando la imagen y la persona se equiparan tan descaradamente como ocurre en el caso de los actores que se identifican con determinados roles. La política real no se ciñe a un libreto y los conflictos públicos no se resuelven en lo que dura una película. La política es, entre otras cosas, impredecible, caótica y frustrante".
La impronta de "Terminator"
El periódico alemán Neue Osnabrücker Zeitung coincide en señalar que no se pueden descalificar a priori las aptitudes políticas de Schwarzenegger, pero subraya las diferencias entre su caso y el de Ronald Reagan: "La carrera cinematográfica de Reagan no fue mayormente significativa para la imagen que el electorado se formó de él. Con Schwarzenegger el asunto es diferente. Su nombre representa respuestas simples y medidas brutales, recetas contundentes, sin peros; en síntesis, conceptos que no tienen nada que ver con democracia y parlamentarismo en el sentido convencional. En estos campos se requiere perseverancia, mesura y disposición a transigir. Quien no obstante vote por Schwarzenegger, no quiere en el fondo elegir a un político, sino que sueña con un líder en la lucha contra el mal. Eso es precisamente lo que vuelve tan problemática la candidatura, aunque se atribuyan motivaciones honorables a Schwarzenegger. La imagen de un 'Terminator' es tan marcada que, como persona, apenas si tendrá la posibilidad de forjarse una imagen política seria, suponiendo que lo desee".
Inclinación liberal
The Daily Telegraph, de Londres, opina por su parte que Schwarzenegger es más liberal de lo que se cree. "Sería un error deducir de la admiración que siente por Ronald Reagan y de sus papeles de 'macho', que Schwarzenegger es un verdadero conservador. En lo tocante al aborto y a los derechos de los homosexuales -dos de los temas principales que dividen actualmente al partido republicano- es partidario de la libertad sexual. De ello se deriva una perspectiva interesante. Tras la era de Bush, dos de las figuras más conocidas del partido serán probablemente Schwarzenegger y Rudy Giuliani, el ex alcalde de Nueva York. Por primera vez desde los tiempos de Nelson Rockefeller, en los años 50 y 60, se presenta así una oportunidad real de que los líderes del partido republicano pertenezcan al ala liberal."
El desastre de California
El matutino Die Rheinpfalz, de la ciudad alemana de Ludwigshafen, destaca el trasfondo de la situación que hace posible la candidatura de Schwarzenegger: "Tras la historia del meteórico ascenso de actor austríaco, que da para un libreto de película, hay una tragedia: el desmoronamiento económico y político del estado más grande de Estados Unidos. Schwarzenegger calificó con razón de fracasado al actual gobernador, Gray Davis. En la otrora floreciente California están a la orden del día los cortes de energía eléctrica, el desempleo masivo, un récord de quiebras empresariales y un desbordante déficit fiscal. Pero ¿será Arnold Schwarzenegger una alternativa sensata? Él no dispone de experiencia política. Pero contará con gran cantidad de consejeros y asesores, dado que nadie menos que el presidente Bush tiene sumo interés en que el bastión demócrata de California vuelva a quedar en manos republicanas."