¿Schalke, Stuttgart o Bremen?
7 de mayo de 2007El inolvidable Helmut Schön desconfiaba de las estadísticas. El técnico que huyó justo a tiempo de la República Democrática Alemana, que conoció cada detalle del mundo futbolístico, que se formó bajo la sombra protectora de Sepp Herberger (otro grande en la historia del balompié alemán) y que llevó a Alemania a conquistar en casa el campeonato mundial de fútbol en 1974, decía que “en este deporte, es demasiado lo que depende de la casualidad y el accidente”. O literalmente, “en el detalle se esconde el diablo”.
Luchar hasta lo último
Lo anterior viene a colación dado que los tres punteros de la Bundesliga ganaron sus respectivos encuentros en la jornada 32 de la Bundesliga; se empecina la tercia, pues, en el sueño de conquistar el campeonato.
La estadística esencial dicta que hay seis puntos en disputa a dos fechas de terminar el torneo. Las posibilidades matemáticas, en su infinita expansión, dan pie a las legítimas y abiertas aspiraciones de Schalke, Stuttgart y Bremen.
También demuestran que, dentro de su irregularidad, Schalke no conoce término medio: en sus últimos diez encuentros ha perdido cuatro, empatado uno y ganado cinco. ¿Sus próximos rivales? Dos equipos aparentemente débiles, pero enfrascados en una positiva racha que les ha permitido librar el descenso: Borussia Dortmund y Arminia Bielefeld.
Stuttgart, en cambio, ha salido victorioso en sus últimos siete partidos. Así, la estadística dictaría que se trata de un cuadro fuerte y algunos dirían que imparable. Sus enemigos serán Bochum y Energie Cottbus.
El primero trae al líder de goleo. Pero Theofanis Gekas, como él mismo reconoce, se nutre del yerro ajeno. Y la defensa de Stuttgart no suele regalar: en los últimos cinco partidos ha aceptado un solo gol. Cottbus, por su parte, ya contará con el rumano Munteanu y es especialmente peligroso fuera de casa.
Bremen, aunque rodeado de un aura sombría por el mal desempeño de Klose, demostró que tiene buena banca con el sueco Rosenberg, quien anotó tres goles contra Berlín. Irá contra Frankfurt y Wolfsburg, dos de los equipos más débiles de la Bundesliga.
Pitágoras y Kafka
La cuestión pitagórica marca fielmente el panorama, pero no necesariamente el desenlace del torneo. Si las cosas siguen como van –o sea, si los tres punteros continúan ganando- no habrá otro campeón más que Schalke 04. Por llevar la delantera, tiene mucho mejor posibilidad de allegarse el título que sus cercanos oponentes.
Así, la primera condición para aceptar que otro equipo pudiera coronarse sería que los del uniforme azul real perdieran la mayor cantidad de los seis puntos en disputa. Y además, que sus oponentes los ganaran.
Desde esta perspectiva, las posibilidades de Bremen son más bien escasas. Se trata de un equipo desmotivado, desmembrado psicológicamente por la inminente salida de Klose y Torsten Frings. De ahí sus altibajos monumentales.
La lucha real, si es que la hay, sera entre Schalke y Stuttgart. El gol de Kuranyi demostró cuán motivado se encuentra el equipo puntero pese a la derrota contra Bielefeld. Las sonrisas y los bailes del técnico Slomka en el partido contra Nürnberg llevaban consigo, de algún modo, una brisa premonitoria.
Stuttgart tiene consigo la fortaleza de conjunto: una defensa fuerte, un medio campo entre los mejores de la liga con Pardo y da Silva, y una delantera que se da el lujo de no extrañar al goleador Mario Gomez. Roberto Hilbert es, en este momento, el reflejo del ímpetu con el que llegan los rojos a esta fase final. Pero han ganado demasiados partidos y, viendo las cosas con ojos de apostador, no es probable que la racha se extienda mucho más.
De este modo, el panorama actual de la Bundesliga parece confirmar el credo de Helmut Schön. La inercia favorece claramente a Schalke 04. Pero el que éste mantenga el liderato hasta el final no dependerá de lo que haya hecho sino de su capacidad para mantener el rumbo, en un torneo caracterizado por lo irregular, lo accidental, lo incierto, lo sorprendente y lo kafkiano. De ello, y de los famosos “imponderables del fútbol”, depende la suerte de Schalke y la de sus rivales.