’’Sarkozy, el nuevo Berlusconi’’

Corriere della Sera, Milán, se pronuncia sobre la deportación masiva de gitanos en Francia: “Mientras la Iglesia o el Papa no pueden hacer otra cosa que exaltar los principios de la igualdad y la hermandad de todas las personas y los pueblos, los Estados europeos tienen que vérselas con otras tareas. Tienen que proteger los intereses y el bienestar de sus ciudadanos en la realidad del día a día. Lo importante es que, en su rol de protectores, nunca pisoteen la dignidad de otras personas, independiente de la etnia o la minoría cultural a la que pertenezcan.”

Sarkozy: popularidad a toda costa

Die Presse, Viena: “La destrucción de los campamentos gitanos y la ‘deportación voluntaria‘ de sus habitantes búlgaros y rumanos le han dado un ligero impulso a un Sarkozy que estaba bastante mal en las encuestas. Después de todo, ésa era la meta. (…) El acto de expulsar a los gitanos, convertirlos en ciudadanos comunitarios de segunda clase, tiene una larga tradición en Europa. Y es bien recibido. Pero no logra nada. Los gitanos deportados regresarán pronto a Francia y volverán a asentarse en campamentos. Y es su derecho. Pero no es eso lo que debería interesarle a Sarkozy”.

Francia sigue los pasos de Italia

El País, de Madrid: “La medida de Sarkozy guarda una estrecha semejanza con la adoptada en Italia por Silvio Berlusconi y puede anticipar las de otros Gobiernos de la Unión [Europea]. La exclusión social de los gitanos es generalizada en Europa, hasta el punto de que su condición de ciudadanos parece estar pasando progresivamente a segundo plano. El Gobierno francés ha asumido una grave responsabilidad en este proceso, no menor que la del italiano en su día; una responsabilidad que consiste en poner el Estado de derecho, no al servicio de la igualdad y la justicia, sino de las necesidades políticas de los líderes en cada momento.”

Gobierno alemán vs. industria energética

El Süddeutsche Zeitung, de Múnich, comenta el debate en torno a la energía atómica que tiene lugar en Alemania y el rechazo de los proveedores de electricidad hacia los planes del Gobierno de instaurar un impuesto al combustible nuclear: “Todo parece indicar que el proyecto energético se le está yendo de las manos a la canciller. Como ex ministra de asuntos nucleares, Angela Merkel ya debería estar advertida. La industria eléctrica alemana es una instancia poderosa que se aprovecha sin misericordia de cualquier rastro de debilidad mostrado por el estamento político. Esta industria le ha sacado miles de millones en subvenciones al Estado desde que construyó los primeros reactores atómicos hace décadas. Antes, los jefes del sector energético tenían el aspecto de grandes burócratas; hoy se muestran más bien joviales. Pero ellos todavía dominan muy bien la lucha por el poder que sostienen con la clase política”.

Autor: ERC / agencias
Editor: Pablo Kummetz