Alexéi Navalny no fue el primero en ser envenado entre los opositores rusos. Espías contrarios a Valdímir Putin y otros activistas opositores como Pyotr Versilov ya sufrieron los métodos para ser silenciados. Muchos pudieron recuperarse y volver a la política activa para seguir mostrando su oposición al gobierno de Putin, que califican de dictadura.