Rostock: la madrastra marina
22 de marzo de 2006Es encantadora y distinguida, la "niña bonita", que responde al nombre de Warnemünde y tiene una estrecha relación con su "madre" Rostock. Viven separadas, a unos 15 kilómetros de distancia, pero, en realidad, están muy unidas. La madre Rostock es poderosa. Es un burgo hanseático; centro universitario con restos de muralla, dignas casas señoriales con fachadas góticas e iglesias medievales. Su hija Warnemünde es un renombrado balneario, con casa de rehabilitación, casas de pescadores y capitanes bien conservadas y un espléndido paseo marítimo paralelo a la playa.
La pobre hija adoptiva
Warnemünde perteneció mucho tiempo al soberano Enrique de Mecklemburgo. Para mejorar algo su economía, un día el año 1323 decidió vender la pequeña Warnemünde, con todo su termino municipal, a la acaudalada ciudad hanseática de Rostock.
Un administrador de la Asamblea de Diputados de Rostock prohibió toda actividad manufacturera en Warnemünde. No quería que Warnemünde creciera, así que la prosperidad quedó reservada a Rostock. Pero lo peor para Warnemünde estaba por llegar. Cuando Rostock se veía involucrada en conflictos bélicos, algo que ocurría con cierta frecuencia, los enemigos de la ciudad solían lanzar sus ataques llegando desde el mar, es decir primero contra Warnemünde.
La hija próspera
Pero, poco a poco, la hija fue prosperando, gracias, sobre todo a sus playas. Warnemünde atraía cada vez más visitantes y pudo incluso, en el año 1883, celebrar una exclusiva mundial: la aparición de las cestas de playa, tan habituales a partir de entonces en el litoral alemán. Y la hija siguió creciendo y siendo cada vez más autónoma. Con los astilleros "Kvaerner Warnow", Warnemünde albergó tras la Segunda Guerra Mundial, uno de los primeros polos industriales alemanes, que hoy en día y son uno de los más modernos del continente.
Reconciliación
Madre e hija sonríen ya hoy al recordar aquellas pasadas desavenencias familiares. Warnemünde es actualmente tan parte de Rostock, como Rostock de Warnemünde. El término municipal se extiende a ambas orillas del Warnow, un río de poca envergadura, 15 kilómetros hacia el sur de Rostock y al norte hasta Warnemünde. Allí, el río Warnow se entrega a las aguas saladas del Báltico y desaparece en su inmensidad.
El puerto de Rostock y el faro de Warnemünde trabajan juntos. Dos millones de pasajeros al año viajan en los grandes transbordadores hacia Suecia y Dinamarca. Veinte embarcaciones zarpan al día hacia el norte.
Espectáculo náutico
También las pequeñas embarcaciones de vela y los yates que salen y entran a menudo del puerto aprecian las excelentes instalaciones portuarias y la cómoda entrada en los muelles. Además el trazado casi recto del litoral presenta un sistema muy previsible de corrientes y vientos, y aguas suficientemente profundas. Las mejores condiciones, pues, para cualquier amante de las regatas.
Pero también hay aficionados a la navegación que desfilan por el puerto en artilugios poco parecidos a embarcaciones, pero que, sin embargo, flotan. Entre ellos, es el denominado "Waschzuber-Rennens", un desfile desenfadado donde lo que prima es el espectáculo y la pericia, la fantasía y la diversión; y con el agua como protagonista. Claro, como en todas las demás fiestas en Warnemünde y Rostock.
El mayor acontecimiento de todo el litoral báltico es, sin embargo, la "Hanse Sail" de Rostock. Cada año en agosto más de un millón de personas admiran la entrada en el puerto de doscientos bergantines, buques-escuela, y veleros antiguos procedentes de 40 países.