"Es hora de que los cubanos decidan"
24 de noviembre de 2015La disidente cubana Rosa María Payá denunció en Berlín que la represión en su país es tan brutal o peor que antes del 17 de diciembre pasado, cuando comenzó la normalización de las relaciones entre Washington y La Habana. Durante un simposio que reunió a varios disidentes cubanos y expertos europeos y estadounidenses, convocado por la Fundación Konrad Adenauer, Payá consideró positivo que estén puestos los ojos del mundo sobre la isla, pero exhortó a que el diálogo tome en cuenta a la ciudadanía cubana, que sigue sin tener derechos de ningún tipo.
Payá destacó que esa responsabilidad es de un grupo de generales que está en el poder desde hace 56 años y que ahora aparece en el escenario internacional conversando con los líderes de las democracias del mundo. La activista que coordina la iniciativa Cuba Decide, recuerda que lo que cambió fue la política exterior de Estados Unidos respecto al gobierno cubano, e insistió en que no se crea que eso ha conducido a una apertura democrática en la isla de once millones de habitantes, que siguen sufriendo la cultura del odio, del miedo y de la simulación.
DW: Pareciera que el acercamiento entre Washington y La Habana ha servido para legitimar al régimen...
Rosa María Payá: Es un régimen que no es legítimo porque nunca fue elegido por sus ciudadanos, que no han elegido ni a sus gobernantes ni decidido ninguno de los cambios que han ocurrido en el país durante la última mitad del siglo. Les reviste de cierta legitimidad ante la comunidad internacional por el hecho de que un general que llegó al poder de manera nepotista y dinástica como Raúl Castro, se siente a hablar con los líderes de las democracias del planeta. Los amigos de la democracia en Cuba piensan que hay un proceso de apertura cuando dentro de la isla nada ha cambiado. Los cubanos no tienen los recursos democráticos para entenderse con ningún gobierno ni institución. Los que se acerquen a Cuba en este momento, solo pueden hablar con el gobierno cubano; quien se atreva a cruzar ese muro y comunicarse con la sociedad civil, es castigado por el régimen rompiendo el diálogo.
¿Es por eso que durante su visita el papa Francisco no se pronunció de manera crítica sobre los Derechos Humanos en Cuba?
Para los cubanos siempre es una alegría recibir a un Papa en el país. Los medios de comunicación, que son del gobierno, transmiten por excepción un mensaje diferente, que no tiene que ver con la propaganda del régimen, con el odio que se ha sembrado durante más de 50 años. Vivimos una gran represión, de total secuestro de nuestros derechos y en ese sentido, yo por lo menos, esperaba un mensaje más comprometido con el problema del pueblo cubano. La vocación de la Iglesia es estar del lado de los pobres y los oprimidos y en Cuba hay once millones de pobres y de oprimidos.
¿Cómo sufren los jóvenes cubanos la represión?
La represión no es una cuestión generacional. La sufren todos los cubanos, más intensamente aquellos que se atreven a expresarse diferente. Sin embargo, entre los jóvenes, por las inquietudes y deseos de cambio que manifiestan, son especialmente perseguidos por el gobierno cubano. Son sometidos a todos los chantajes como el resto de la población, que se traduce en amenazas sobre la permanencia en universidades y centros de trabajo. El hostigamiento puede llegar al encarcelamiento o el asesinato, como le ocurrió a Harold Cepero, que tenía 30 años cuando fue asesinado por la Seguridad del Estado del Gobierno cubano cuando viajaba con mi padre por una de las carreteras de mi país. Los jóvenes son una señal de esperanza, aunque en Cuba el miedo prevalece. Todos saben de la represión, la han vivido y temen por sus vidas, por el bienestar de su familia. Muchos tratan de escapar de esa realidad. Otros, dentro y fuera, luchan por cambiarla.
La iniciativa Cuba Decide convoca a un plebiscito vinculante para la realización de elecciones libres...
Es una iniciativa ciudadana que es apoyada por muchos grupos de la oposición, pero no es partidista. Es una de las líneas de convergencia acordada en el congreso de Puerto Rico en agosto pasado, que llama a la realización de unas elecciones libres y plurales. Es de interés nacional el llamado a una consulta popular para que los cubanos decidan sobre el futuro que quieren para ellos y para sus hijos. Es vinculante porque tendría que ser obedecida por las autoridades. Aspiramos a que la Unión Europea, Estados Unidos y la Comunidad de Estados Latinoamericanos y del Caribe (Celac) apoyen esta iniciativa. Nadie podría estar en contra del derecho a la autodeterminación del pueblo cubano, por lo que esperamos que en las mesas de negociaciones se hable de lo que hay que hablar, que no es la política exterior del gobierno de los Estados Unidos.