Ronda de Doha: hambre y protección comercial
21 de julio de 2008
La llamada Ronda de Doha, pactada en el 2001 debía finalizar a finales de 2004, pero está trabada con reclamos cruzados. Los países en desarrollo piden a los países ricos una mayor apertura de sus mercados agrícolas, éstos a su vez piden un acceso más amplio para sus productos industriales.
El “Grupo de los 20” liderado por Brasil e India emitieron un comunicado el domingo, en el que afirmaron que el éxito de las negociaciones depende fundamentalmente de Estados Unidos y la Unión Europea. Los agricultores de los países pobres “siguen sufriendo debido a los subsidios gigantescos que distorsionan el comercio y las barreras que impiden el acceso a los mercados desarrollados”, destaca el texto, firmado también por los países ACP, de Asia, el Caribe y el Pacífico, así como del Caricom, la Comunidad del Caribe y el Grupo Africano de la OMC.
Países aumentan sus aranceles
“Si no es ahora, ¿cuándo?”, preguntó Robert Zoellick, presidente del Banco Mundial y durante muchos años mediador estadounidense en la Ronda de Doha de la Organización Mundial de Comercio (OMC). La crisis alimentaria presiona por igual a países industrializados como en desarrollo, pero en vez de abrir sus mercados, los países reaccionan protegiéndolos. Países como Egipto y la India han cerrado sus exportaciones agrícolas.
Otros países, como Rusia, han aumentado los aranceles a estos productos para detener la espiral de precios en los mercados internos. El resultado ha sido un alza generalizada de precios de productos agrícolas a nivel internacional.
Los países adoptan medidas que se oponen al espíritu de libre comercio que busca la Ronda de Doha. Eso sucede en el séptimo año de esfuerzos, cuando se esperaba llegar por fin a un acuerdo. La Ronda de Doha comenzó en el 2001 con el objetivo de respaldar el crecimiento mundial y abrir a los países pobres un camino para salir de la pobreza a través de las exportaciones agrícolas como llave maestra.
Engaños y larga espera
Sin embargo los países en desarrollo han esperado demasiado a que los países ricos, Estados Unidos y la Unión Europea, reduzcan sus aranceles a las importaciones. La agricultura debía ser el trampolín para que naciones en desarrollo lograran su modernización, incluso los precios al alza de productos básicos eran parte del concepto.
Un estudio del Banco Mundial muestra que los aumentos de precios entre 2005 y 2007 han profundizado el hambre en los países en desarrollo. Aún así la OMC sigue creyendo en las bondades de la apertura del mercado agrícola. “Un mercado libre es más efectivo en llevar alimentos adonde se necesitan”, afirma el economista en jefe de la OMC, Patrick Low. Sin embargo en el corto plazo la Ronda de Doha no logrará dar ningún paso de distensión.
El inicio de las negociaciones entre las delegaciones de los 152 países miembros y 35 ministros que representan todos los grupos de interés, inició con un escándalo provocado por las declaraciones del ministro del Exterior brasileño, Celso Amorim.
Amorim criticó las tácticas engañosas de los países industrializados, calificándolas de similares a las del ministro de propaganda de Hitler, Joseph Goebbels.
Amorim dijo tal vez lo que muchos piensan al citar la famosa frase de Goebbels, "una mentira repetida muchas veces acaba convirtiéndose en verdad", para definir la estrategia de los países industrailizados que engañan a la opinión pública. La comisionada comercial de Estados Unidos, Susan Schwab, hija de sobrevivientes del Holocausto, rechazó las declaraciones del ministro llamándolas insultantes y falsas. Amorim se disculpó.