Reviviendo a los antiguos romanos junto al Rin
17 de agosto de 2008En las regiones del Rin y el Mosela se tropieza uno con frecuencia con las huellas de la antigua Roma. Baste citar los casos de Colonia o Tréveris. Pero en ningún lugar de Alemania estos rastros son tan vívidos como en la localidad de Xanten. Al fin y al cabo, junto a ella se levantaba la Colonia Ulpia Traiana, que llegó a ser por momentos el principal centro de comercio romano de la provincia Germania Inferior, después de la ciudad de Colonia.
Mucho por reconstruir
Por el año 100 DC, el emperador Trajano le confirió los derechos de ciudad, tras lo cual el asentamiento floreció: llegó a contar con más de 10.000 habitantes y se edificaron el anfiteatro, las grandes termas y el templo del puerto. El área, que desde 1997 forma parte del Parque Arqueológico de Xanten, anualmente recibe la visita de unos 350 mil turistas que pueden admirar varias reconstrucciones de las obras arquitectónicas romas.
Ahora se pretende ampliar considerablemente el parque, para sacar también a la luz el resto de esta ciudad romana, que es la única del norte de Europa sobre la cual jamás se edificó una nueva urbe, razón por la cual ofrece condiciones ideales para los investigadores. Así lo anunció el director del parque arqueológico, Martin Müller, en el marco de la inauguración de un nuevo museo romano en Xanten.
Impresiones a flor de piel
Aproximadamente 2.500 piezas, que abarcan desde vajilla hasta herramientas, armas y objetos personales de los legionarios, en su mayoría encontrados en las excavaciones del lugar, dan en este museo una idea acerca de cómo vivieron los romanos en los primeros siglos de la era cristiana en esta zona del Rin. Pero no se trata sólo de contemplar una exposición. Los visitantes son guiados por ella en un viaje a través del tiempo. También pueden caminar por una pasarela de vidrio que se extiende sobre unos 30 metros cuadrados de terreno en el que se han conservado huellas de los pies de los antiguos romanos, al igual que marcas de patas de animales y rastros dejados por ruedas de carros.
En todo se ha pensado para que el visitante tenga la impresión de remontarse efectivamente a los tiempos del imperio romano. Por ejemplo, a través de altoparlantes instalados en los corredores, se escuchan voces en latín y otras lenguas antiguas, reproduciendo el telón de fondo sonoro que podría haberse escuchado, por ejemplo, en un mercado romano. A las múltiples impresiones que ofrece este museo se suma también la que provoca la misma construcción que lo alberga: con la altura equivalente a un edifico de ocho pisos, esta obra de arquitectura moderna fue erigida sobre los cimientos y de acuerdo con las proporciones de la gigantesca sala de entrada a las termas romanas.