Reunificación alemana: 20 años del Tratado 2+4
13 de septiembre de 2010Con el Tratado 2+4 de Moscú las fuerzas aliadas vencedoras de la II Guerra Mundial aprobaron el 12 de septiembre de 1990 la unidad alemana. Alemania volvió a ser un Estado soberano y permaneció como miembro de la OTAN.
Muchos de los países vecinos de Europa Occidental tuvieron grandes reservas con respecto a la reunificación alemana en la primavera de 1990. ¿Sería Alemania capaz de permanecer en paz, además de seguir ligada a la Comunidad Europea y la OTAN? “La opinión pública estaba dividida, por un lado había inseguridad, por el otro, un poco de crítica“, dice el politólogo holandés Frieso Wielanga sobre el ambiente en los Países Bajos hace 20 años. “También hubo algunos temores de que Alemania fuera a partir de ese momento más fuerte y más grande. Sin embargo, no puede decirse que en Holanda fuera difícil despedirse de la división alemana”, agrega Wielanga.
Para convencer a la primera ministra británica Margaret Thatcher y al presidente galo Francois Mitterand sobre la unificación, el entonces canciller alemán Helmut Kohl tuvo que otorgar concesiones políticas y garantías financieras, además de aprobar el euro como moneda común. “La Alemania unida no volverá a la Europa de ayer. Viejas rivalidades y nacionalismos no pueden ser revividos”, fue el mensaje central de Kohl, que fue entendido claramente en el país vecino Bélgica y en la Unión Europea.
Alemania se esforzó entonces vehementemente por la inclusión de los países del antiguo bloque del Este y de los países balcánicos en la Unión Europea. “En Francia ya nadie le teme a Alemania, su aliado más importante en Europa. Los sentimientos (de los franceses) hacia Alemania se normalizaron. Con algunas excepciones, las encuestas muestran siempre que somos grandes amigos. Es bueno que Alemania se haya reunificado", dice el politólogo francés Alfred Grosser.
Polonia: desconfianza, pero también admiración
Con el reconocimiento de la línea de los ríos Oder y Neisse como la frontera oriental de Alemania, así como la renuncia a todas las exigencias, en los años 90 se distendió la relación con uno de los vecinos más grandes del Este. Polonia. “El tamaño de Alemania no es hoy una razón para que los vecinos le tengan miedo”, dice el ex embajador germano en Polonia, Janusz Reiter.
Si embargo, para el escritor polaco Andrzej Stasiuk muchos de sus compatriotas abrigan hasta hoy una desconfianza hacia Alemania por los crímenes cometidos durante la II Guerra Mundial. No obstante, admiran la capacidad económica del país reunificado y utilizan las posibilidades para trabajar allí. Alemania empero no es un destino turístico para un polaco. A Alemania, un polaco no viaja por placer, dice Stasiuk.
República Checa: percepción de Alemania es generacional
En República Checa la desconfianza hacia Alemania no se apaciguó sino hasta finales de los años 90, luego de que los gobiernos de ambos países anunciaran en una declaración conjunta el fin de la disputa sobre los crímenes cometidos durante y después de la guerra. “Ya no se es competencia ni enemigo, sino miembro de una comunidad, la Unión Europea. Y también de la OTAN, aspecto de seguridad que no debe ser subvalorado”, dice Richard Schuster, politólogo de Praga.
No obstante, para Schuster también se trata de un tema generacional. “La generación más joven, que tuvo la oportunidad de viajar a Alemana a estudiar y a conocer a otros jóvenes alemanes, tiene una percepción muy distinta del país germano que la generación 50 plus X”, dice el politólogo checo.
Alemania: cambio de percepción en los vecinos europeos
Entre tanto, en Bruselas, en la UE, Alemania asumió un rol de liderazgo, ya que es uno de los mayores contribuyentes y una especie de mediador entre los miembros grandes y pequeños. Sin la canciller alemana Angela Merkel no habría sido posible un acuerdo sobre un marco financiero, el Tratado de Lisboa, como tampoco el paquete de ayuda para el euro. Según una encuesta realizada por la BBC (British Broadcasting Cooperation por sus siglas en inglés), los alemanes son apreciados por sus vecinos más de los que ellos creen.
Sobre todo el Mundial de Fútbol de 2006, celebrado en Alemania, favoreció la imagen de esta nación unificada. “Para los daneses, como para la mayoría de los europeos, Alemania fue el chivo expiatorio muchos y muchos años luego de la guerra. Pero por primera vez con el Mundial de Alemania de 2006 sentí que la guerra había terminado, y los daneses apoyaron a los alemanes”, dice Knud Romer, escritor danés.
Que en el vigésimo aniversario de la reunificación una alemana haya ganado el concurso de Eurovisión 2010 es también para Romer una prueba de que Alemania puede ser tan normal o excéntrica como cualquier otro país europeo. La victoriosa Lena Meyer-Landrut con su canción “Satellite” es la prueba definitiva de que los vecinos europeos aceptan a Alemania.
Autor: Bernd Riegert / Cristina Mendoza Weber
Editor: Pablo Kummetz