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Reticencia en Europa ante guerra contra Irak

13 de enero de 2003

Mientras que Estados Unidos ordena el despliegue de miles de tropas al Golfo Pérsico, en Europa no se quiere precipitar la guerra contra Irak.

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Se acelera la acumulación de efectivos militares estadounidenses en el Golfo Pérsico.Imagen: AP

La primera unidad de soldados estadounidenses estacionados en Europa salió rumbo al Golfo Pérsico en preparación de una eventual operación militar contra Irak. Unos 200 soldados de la unidad de mantenimiento de aviones caza estacionados en la base alemana de Spangdahlem, en el valle de Rin, salieron rumbo a la región del Golfo a bordo de un avión civil. Los militares desplazados se encargarán de mantener, cargar y tener siempre a punto los aviones de combate F-16 que serán enviados próximamente al Golfo desde la citada base alemana.

Se mantienen cubiertos

Mientras tanto los gobiernos europeos se muestran reticentes a una guerra. El primer Ministro británico, Tony Blair el aliado más fiel de Bush con respecto a Irak, ha pedido con insistencia que los inspectores de la ONU tengan tiempo para hacer su trabajo. Otros responsables europeos han hablado en contra de precipitarse hacia la guerra basándose en inspecciones de armas inconclusas, que se reanudaron en noviembre tras un alto de cuatro años. Francia, miembro con poder de veto en el Consejo de Seguridad de la ONU, ha insistido en la necesidad de un mandato internacional para cualquier acción, mientras que Alemania se opone abiertamente a un ataque contra Irak.

En peligro su credibilidad

El canciller alemán, Gerhard Schröder, recibió una advertencia de uno de sus ministros, Manfred Stolpe, que le llamó la atención sobre las consecuencias que tendría para la credibilidad del ejecutivo un cambio de postura en la cuestión de Irak. Stolpe, ministro de Transportes advirtió al canciller, que si abandona su postura de oposición a la guerra defraudará profundamente a los electores. Schroeder ganó la reelección el pasado mes de septiembre en parte gracias a su campaña anti-belicista. Tras las elecciones, Berlín empezó a suavizar su postura y ahora se encuentra ante la tesitura de tener quizás que votar a favor de una intervención contra Irak en el Consejo de Seguridad de la ONU, donde ocupa un escaño rotativo desde el 1 de enero.

En compás de espera

Hasta ahora el Gobierno ha rechazado adelantar cómo votará llegado el caso alegando que es prematuro decidirse y que tal vez no se llegue a una situación en la que la ONU deba votar una resolución para un ataque, pero en Alemania el asunto ha abierto ya una polémica. Si Alemania vota a favor de una guerra en el Consejo de Seguridad 'la credibilidad de Partido Socialdemócrata y del canciller sufriría daños difíciles de calibrar', sostiene el ministro Stolpe, que es el primer miembro del Gobierno que se pronuncia de forma tan categórica contra un cambio de postura.

Pláticas informales pero decisivas

El fin de semana el canciller alemán, Gerhard Schröder, y el primer ministro británico, Tony Blair, se reunieron en Hannover para una cena privada en la que debían tratar el problema de Irak y otros asuntos relacionados con la ampliación europea. La reunión duró tres horas y media y de ella no trascendió información, pero presumiblemente los dos políticos aprovecharan para abordar el problema de Irak. La entrevista ha tenido lugar a pocos días de que el canciller alemán viaje a París para una de las consultas informales que celebra regularmente con el presidente francés Jacques Chirac.