Restaurante para anoréxicos no despierta el apetito
26 de julio de 2005
Su propietaria, Katia Eichbaum, de 33 años abrió en noviembre pasado el restaurante en Berlín, con la controvertida idea de ofrecer un menú para anoréxicos, bulímicos y para aquellos que tiene adicción a las comidas, pero también para quienes gustan del arte culinario.
Tras haber terminado ella misma un tratamiento contra la bulimia, trastorno sicosomático que la afectó durante 15 años, Eichbaum se dedicó a este negocio, para lo que contrató a una cocinera también con trastornos alimenticios, una nutricionista y fundó además una asociación para atender a personas con estos problemas.
"En este momento no me va bien, estoy solamente sobreviviendo, en los próximos días se decidirá el futuro" del restaurante Sehnsucht, declaró su propietaria a DW-Online. Sehnsucht traducido del alemán significa nostalgia o ansiedad.
Tras hacer un balance de los seis meses de funcionamiento del negocio, Eichbaum dijo que "es difícil vender el concepto. Las personas creen que es un restaurante para enfermos y son muy miedosos".
Controvertida idea
La apertura del establecimiento ocupó espacios en la prensa alemana e internacional, que calificó la idea de controvertida y algunos críticos culinarios desde el principio pronosticaron un fiasco. Para otros, incluyendo especialistas en anorexia, la idea parecía fantástica, aunque expresaban dudas de su éxito.
La anorexia, la bulimia y el hambre compulsiva son enfermedades sicosomáticas y cuentan en Alemania desde 1980 en la lista de trastornos que causan adicción. La mayoría de veces son síntomas de problemas de personalidad como conciencia de si mismo, sentimientos negativos y carencia de amor propio.
La temporada veraniega no ha servido para mejorar las perspectivas de Eichbaum. Se quejó de no recibir ningún tipo de apoyo financiero ni patrocinio. Ahora acumula deudas y busca patrocinadores privados.
Localizado en el barrio de Tiergarten, el local pintado de amarillo y rojo tinto cuenta con 50 asientos y fue decorado en un ambiente bastante relajante, de buen gusto, donde en ningún lugar aparece la palabra trastornos alimenticios, ni nada que sugiera la idea de enfermedad o tratamiento.
En el baño cuelgan rótulos con palabras como "disfruta" y "sueña". El concepto de Eichbaum era posibilitar el tratamiento de bulímicos y anoréxicos a través de su relajamiento en un ambiente positivo. "Los anoréxicos deben aprender que salir a comer afuera es algo entretenido", dijo.
La carta de comidas ofrece una cocina europea que pretendía despertar el apetito de todo el mundo. En el menú, elaborado por un nutricionista, se ofrece platos a base de langosta, pato, cordero y exquisitos postres.
Los nombres de los platos no aluden a alimentos, sino que a sentimientos o a cualquier otra cosa: "Hola" (hola, en alemán), "Heisshunger" (hambre caliente), "Seele" (alma), entre otros.
La idea de un restaurante que despertara el apetito a la vida parece destinada al fracaso.