Persiste el miedo
30 de septiembre de 2011Publicidad
El Gobierno alemán puede respirar aliviado. El país más fuerte de la UE ha demostrado capacidad de acción y determinación. Incluso la oposición le ha dado casi al completo el visto bueno a la ampliación del fondo de rescate del euro. Sólo la fracción de la Izquierda y algunos disidentes de la coalición gubernamental votaron en contra.
Y, sin embargo, la decisión del Bundestag deja mala sensación. Los miedos y las preocupaciones de los ciudadanos persisten. Y es que Europa no descansa desde que en mayo del año pasado se aprobaran las primeras ayudas a Grecia. A partir de entonces se ha ido constituyendo un paquete tras otro. Las cifras que se ponen sobre la mesa con el fin de controlar la galopante crisis y salvar la moneda común son cada vez más altas. A los griegos no les han servido de nada hasta ahora. Debido a las duras medidas de ahorro vinculadas a la ayuda, su economía ha caído en una recesión sin precedentes, el desempleo se ha disparado, el consumo se ha hundido y no se percibe el fin de esta espiral decreciente. Una evolución similar amenaza a otros países del sur de Europa, en los que ya no se descarta la posibilidad de que explote la conflictividad social.
Consecuencias también para Alemania
Pero tampoco en la relativamente rica Alemania puede pasar sin consecuencias el hecho de que se estén echando miles de millones de euros públicos a un pozo sin fondo del que al final sólo se benefician los bancos. También aquí faltará ese dinero para invertir en educación, infraestructura y en el mantenimiento del Estado del bienestar, protegido por la Constitución. Los ciudadanos alemanes notan cómo desde hace años sus sueldos bajan, aumentan las condiciones laborales precarias y la vida y la formación cuestan cada vez más. Economistas como Peter Bofinger y Heiner Flassbeck, director de la división de Globalización y Estrategias de Desarrollo de la UNCTAD [Conferencia de las Naciones Unidas sobre Comercio y Desarrollo], advierten de que el ahorro ahoga la coyuntura y agrava la crisis.
Ahora el Bundestag ha decidido por segunda vez aumentar el fondo de rescate para los países endeudados de la zona euro. La canciller alemana, Angela Merkel, y el ministro de Finanzas, Wolfgang Schäuble, están contentos y aliviados. Su ley ha sido apoyada incluso por las dos grandes fracciones de la oposición, el SPD [Partido Socialdemócrata Alemán] y los verdes. Los ciudadanos, no obstante, tienen buenos motivos para preocuparse. Ya se duda de que el actual paquete, que debe tener vigencia hasta 2013, vaya a ser suficiente. La gente en Alemania y en Europa mira hacia un futuro incierto y preocupante. Y ni siquiera la determinación del Parlamento alemán en un día tan dramático [como el de este jueves (29.09.2011)] puede maquillar eso.
Autora: Bettina Marx
Editor: Enrique López Magallón
Publicidad